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Channel: NOTAS AL MARGEN

El cuaderno de hule negro

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EL CUADERNO DE HULE NEGRO

(Relatos)

Fernando Tomás Pérez González

Mérida, Editora Regional de Extremadura, col. Rescate, 2024, 201 págs.

Edición, introducción y notas de Fernando Pérez Fernández 

   Fernando Pérez Gonzalez (1984), editor del presente libro e hijo del autor, es profesor de filosofía y poeta con una obra recogida en varias antologías como Piedra de toque. 15 poetas emergentes en Extremadura (ERE, 2017) y Diáspora. Poetas extremeños en el exilio (Ediciones Liliputienses, 2020). Ahora la Editora Regional de Extremadura, dirigida con notable eficiencia por Fernando Tomás desde 1995 hasta su fallecimiento prematuro en 2005, publica este compendio de narraciones que su autor dejó inéditas. En el estudio introductorio Fernando Pérez traza una pormenorizada biografía paterna, emocionada, pero perfectamente documentada y ecuánime en sus juicios, deteniéndose en los años de formación, humana y académica (doctor en Filosofía), su tarea docente en varios institutos de la región y su labor como editor al frente de una empresa pública que agrandó bajo su dirección el perfil de buque insignia de la edición en Extremadura. En vida publicó, entre otras obras, La introducción del darwinismo en la Extremadura decimonónica (1987) y, junto con Diego Núñez, Genealogía extremeña de Antonio Machado. Estudios sobre José Álvarez Guerra (1989) , además de numerosísimos trabajos en diarios y revistas especializadas. Tras su muerte, vio la luz Artículos y ensayos (2013). Un segundo bloque de la introducción analiza las narraciones incluidas, de variada temática pero con un marcado sesgo biográfico (recuerdos de la niñez, evocaciones del mundo rural, oficios y tipos campesinos…, que en ocasiones (“Un suceso en la Mina”, “Labrarás la tierra”…) se acercan a perfil de la novela corta, con un estilo “cervantino” de frases amplias, un notable rigor léxico y una marcada capacidad de observación. Reproducimos un fragmento de uno de los pocos textos no inéditos (Gacetilla de la U.B.Ex., 1994) titulado “Últimas lecturas” que contiene un emocionado recuerdo de su padre (Fernando Pérez Marqués, escritor como él).  

“En las infinitas de este universo inagotable me he reencontrado luego, una y mil veces, con el hombre que me enseñó a leer. Le debo también esa extraña complicidad que crean los libros, hermosas tardes con él compartidas, en animada charla o en exploración minuciosa de polvorientas librerías de viejo. Los últimos días que pasé a su lado transcurrieron entre los pupitres de la Biblioteca Nacional y las casetas de la Cuesta de Claudio Moyano. Cuando era ya dolorosamente consciente de peligro que ser cernía sobre él, hube de recordar más de una vez aquella anécdota que tantas veces le oí referir con un ligero tono de melancolía: "Cuentan de Menéndez Pelayo que, estando ya próximo el final de sus días, exclamó: ¡Qué pena morir cuando aún me faltan tantos libros por leer!". Esta tarde de verano incierto, he vuelto a la casa de mi padre para buscar entre sus libros esa tenue presencia que se resiste a abandonar los objetos que fueron muy queridos. Sobre su mesa de trabajo le aguardan aún, en espera solícita, sus últimas lecturas. Tomé al azar uno de sus libros: las poesías de Machado. Y entonces, a través de los versos de este poeta de común veneración, pude escuchar el eco inextinguible de su voz diciéndonos:

Hacedme

un duelo de labores y esperanzas.

Sed buenos y no más, sed lo que he sido

entre vosotros: alma.

Vivid, la vida sigue,

los muertos mueren y las sombras

pasan;

lleva quien deja y vive el que ha vivido.

 Comprendí, así, que nadie se pierde en el abismo sin rostro de la muerte si ha enseñado a su hijo a leer en los libros la huella perenne de sus enseñanzas”.  [pp. 189-190].


Obra poética

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OBRA POÉTICA

Manuel Gómez Sánchez

Mérida, Editora Regional de Extremadura, col. Rescate, 2024, 595 págs.

Edición, introducción y notas de Pilar Montero Curiel y María Luisa Montero Curiel

Prólogo de José Manuel Blázquez Gómez

Pilar Montero Curiel es profesora titular en la Facultad de Filosofía y Letras de la UEX. Comenzó su carrera docente e investigadora en el Departamento de Filología Hispánica y Lingüística General de de la UEX, donde defendió su tesis doctoral sobre El habla de Madroñera (Cáceres), en 1993. Sus principales líneas de investigación son la historia de la lengua española, la variación lingüística, la lexicografía y lexicología españolas, a las que se adscriben algunos de los trabajos publicados a lo largo de su carrera: Vocabulario de Madroñera (Cáceres), 1995; El habla de Madroñera (Cáceres), 1997; El extremeño (2006); En la prehistoria de los estudios sobre el español coloquial. Frases y diálogos de la vida diaria, de Werner Beinhauer (2012)

María Luisa Montero Curiel es profesora titular en la Facultad de Filosofía y Letras de la UEX. Se doctoró en 1996, con la tesis Sobre la prefijación negativa en español. Sus principales líneas de investigación son la Gramática Española (morfología -y fonética, principalmente), la lengua literaria y el Español como Lengua Extranjera, sobre las que tiene numerosas ponencias, comunicaciones y publicaciones de ámbito nacional e internacional. La prefijación negativa en español (1999) y Prefijos aminorativos en español (2001) son dos de sus obras más destacadas.

Pilar y María Luisa Montero Curiel han escrito conjuntamente algunos trabajos, entre los que destacan El léxico animal del Cancionero de Banea (2006) y las ediciones de las obras de Marciano Curiel Merchán, Cuentos extremeños (2006 y 2020), Juegos infantiles de Extremadura (2012) y Fiestas extremeñas (2016).

Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección Rescate la Obra poética de Manuel Gómez Sánchez al cuidado Pilar Montero Curiel y María Luisa Montero Curiel. Nacido en Madroñera en 1900, Gómez Sánchez, excepto una breve estancia en Madrid, reside en su localidad natal, en Conquista de la Sierra y en Trujillo hasta su temprana muerte (fue fusilado por los sublevados), en unos años en los que el desfase de la región, periférica y mal comunicada, de los  movimientos literarios nacionales es muy marcado. Salvo una obrita publicada en vida (Juan el Pastor. Poema sencillo en tres cantos, Truillo, 1926), su obra, aparecida en periódicos locales, se compone de unos doscientas composiciones escritas en extremeño y, en su mayoría, en castellano, y en ellas convergen tonos neorromáticos y modernistas con la huella de la poesía regionalista de Chamizo y Gabriel y Galán. Con un marcado acento biográfico, los poemas reflejan “sus experiencias vitales, sus credos, su ideario político, social y religioso, siempre a través de un abanico amplísimo de temas que hablan del amor, la amistad, el dolor, el desengaño, la belleza femenina, la muerte, el paisaje, la naturaleza,  la vida de los pastores y campesinos” [Introducción, p. 75]. Reproducimos una de las composiciones titulada “En el cementerio”.

 

Noche de difuntos; doblan las campanas:

doblan las campanas con tristes sonidos,

que añoran recuerdos de cosas lejanas,

de tiempos pasados, de seres queridos…

 

En el cementerio las almas cristianas

velando las tumbas de los seres idos

rezan oraciones fervientes y humanas

a la vez que exhalan dolientes gemidos.

 

También el poeta se postra doliente

y un canto a los suyos eleva ferviente

en la tierra virgen de este Camposanto;

 

y en tanto recuerda puesto de rodillas

sus queridos muertos pueblan sus mejillas

fervorosas lágrimas de cristiano llanto…

 

Reversibles

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REVERSIBLES

Victoria Pelayo Rapado

Valladolid, Castilla Ediciones, 2024, 141 págs. 

Victoria Pelayo Rapado (Zamora, 1960) es Graduada en Derecho y escritora que cuenta con diversas publicaciones como Malos días, (2018, De la luna libros, Finalista XVI edición del premio Setenil); Lo Justo, (2021, Baile del Sol); Orden, (2023, Editora Regional de Extremadura). Ha recibido los premios Ciudad de la Laguna, 1986, por Una amistad corriente. Y el Manuel O. Rodríguez López, 2016, con el relato "Preparativos". Ha colaborado en revistas: Versión Original; EÑE; La bolsa de pipas; En sentido figurado; Y en la antología de relatos Contamos todas. 29 narradorasde cuento de Castilla y León (Castilla ediciones); Además es colaboradora habitual en el diario Hoy de Extremadura desde el año 2020. Reversibles reúne ocho relatos de contornos realistas (episodios verosímiles, personajes que parecen tomados del natural…, “todo lo que sucede en Reversibles ya ha pasado alguna vez a alguien” ) que con una notable eficiencia estilística (precisión, riqueza léxica) reflejan un presente complejo y convulso en tramas que poseen un propósito testimonial en que los personajes individuales comparecen también en el relato como representantes de grupos sociales amplios (como la joven violada de “De repente, Musa” que denuncia la brutal violencia masculina o el morador de “El otro Mediterráneo”, asediado por un mar creciente que, debido al cambio climático provocado por el hombre, debe abandonar su vivienda situada junto a la playa). Otros relatos contienen tramas éticas, íntimas o sentimentales como el boxeador sonado de “En la basura” que conserva en su nuevo mundo de derrotado su integridad moral, o las distintas parejas de varios relatos, unidos por relaciones superficiales (todos, al fin, como se titula uno de los relatos, “vecinos temporales”): jóvenes amantes cuya relación se malogra cuando deciden vivir juntos, la mujer casada decidida a abandonar a su marido imitando así la separación de unos amigos…, todos ellos, hombres y mujeres “reversibles”, esto, es volubles, tornadizos, marcados por la insatisfacción pero sin querer resignarse a esa “infelicidad normal” que parece aquejar a todos, con unos desenlaces narrativos verosímiles pero sorprendentes. Reproducimos un fragmento de “El otro Mediterráneo”.

“Antes de abandonar el piso lo recorrió por última vez, entró en cada habitación, tocó las paredes, se sentó en su cama y en la de invitados; se ajustó al hueco del sofá marcado por su cuerpo durante tantos años, ¡cuántas películas había visto allí sentado!; acarició los muebles, los objetos que no podría llevar consigo y que en unos días o semanas queda-rían a merced del agua. Tenía ganas de llorar otra vez. Abrió los armarios, tocó su ropa, la que había decidido abandonar, palpó los pantalones, las americanas que hacía años que no usaba, metió la mano en el hueco de los zapatos, pronto se llenarían de agua, repasó los libros, los que se convertirían en comida para peces, acarició sus lomos, los adorados títulos, sólo se llevaba unos pocos, los que cabían en una caja. En la cocina abrió las puertas de cada armario, allí se quedaban la cristalería que se trajo de casa de sus padres, el juego de cuchillos, los cubiertos de diario, cazuelas, sartenes, electro-domésticos, libros de recetas, allí se quedaba lo que había formado parte de su vida; ahora tocaba empezar otra. La idea de que todos aquellos ajuares, incluidos los suyos, los de sus vecinos y los de todos los edificios de la ciudad, supondrían una contaminación sin precedentes cuando se hundieran en el mar le distrajo por unos segundos. Y qué me importa la contaminación del mar, maldito e mar, que se hubiera quedado en sus límites, pensó”” [pp. 121-122]. 

 

La mancha de la mora

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LA MANCHA DE LA MORA

José A. Ramírez Lozano

Mérida, De la luna libros, col. La Luna del Norte, 2025, 143 págs. 

Aun cuando se inició como poeta, José Antonio Ramírez Lozano (Nogales, 1950) ha desarrollado de modo paralelo una nutrida trayectoria de poemarios, libros de literatura infantil y juvenil (aparecidos en editoriales como Edelvives, Alfaguara, Algaida, Kalandraka, Anaya, S. M. o Hiperión) y narraciones que comparten motivos repetidos y similares predilecciones formales. Objeto de numerosísimos galardones (Azorín, Claudio Rodríguez, Juan Ramón Jiménez, José Hierro, Blas de Otero, Ricardo Molina, premio de la Crítica Andaluza o los extremeños Ciudad de Badajoz, Felipe Trigo o Cáceres de novela corta),  su obra en prosa se inició con Don Illán (Orihuela, 1978), una narración corta con algunas de claves de su mundo narrativo, a la que han seguido otros muchos títulos, como Gárgola (Cátedra, 1985), Titirimundi (Ediciones Libertarias, 1987), La gran oca (Melinchón / Stábile, 1990), La Historia Armilar (Aguaclara, 1991), La derrota de los fabulistas (Aguaclara, 1994), Animañas (ERE, 1995), Bata de cola (ERE / Libertarias, 1995), El birrete de papel (Diputación de Badajoz, 1996), Las argucias de Frestón (Algaida, 1997), Letanías de San Garabito (Algaida, 2000), Los reinos de Artemón (Algaida, 2001), El capirote púrpura (Algaida, 2003), Iscariote (Algaida, 2005), La flor del toronjil (Junta de Castilla-León, 2007) La oca de oro (Menoscuarto, 2008), El sueño de la impostura (KRK, 2009), Las manzanas de Erasmo (Algaida, 2010), Habas contadas (Diputación de Badajoz, 2010), El crimen de Ampurio Pinto (Diputación de León, 2012), El domador de zapatos (Diputación de Badajoz, 2015), El relojero de Yuste (Ediciones del Viento, 2015) y Los celos de Zenobia (Pretextos, 2016).

Ahora la editorial emeritense De la Luna libros publica en su colección “La luna del norte” La mancha de la mora, una novela cuya trama arranca con una tragedia personal: el protagonista sufre, tras su jubilación, una grave impotencia sexual, para cuya superación un urólogo se sugiere un remedio singular, realizar con una hermandad sevillana la romería de del Rocío. Tras pertrecharse con los arreos del romero (votos, bordones, esclavinas…) inicia un recorrido al lento paso de los bueyes en que conoce un grupo de personas ya curtidas en ese peculiar mundo rociero (caminatas y descansos, comidas campestres, cantos y rosarios…). En esta peregrinación “por prescripción facultativa” se relacionará con varios romeros pero en especial con Amparo, mujer andaluza de rompe y rasga que lo situará en el gozoso camino de la recuperación. Un uso crítico pero benévolo de entender la tradición religiosa contaminada de hedonismo, un estilo personalísimo repleto de hallazgos verbales, una constante reflexión metaliteraria  con numerosas trasposiciones del ámbito de lo narrado al terreno del proceso de narración caracterizan esta singular novela. Reproducimos un fragmento en que se describe un alto en el camino.

 

“Cuando entramos en Cuatrovitas, la tarde se arrebataba ya en el crepúsculo y el campo todo se recogía bajo el lubricán, lo mismo que una bestia exangüe que apaciguara su resuello con la templanza húmeda de las sombras. Sin embargo, quedaba en el aire el acecho lejano de los búhos, el zorro y sus aullidos, el chirrido de los grillos rayando el horizonte del ocaso. La tierra se había vuelto felina y se escuchaba a sí misma para saberse cierta en la noche, viva como el acecho de la savia, mustélida y rapaz, así, recogida en la hueca del misterio.

—Escucha, escucha cómo hierve la fe —me apuntó Vargueño con el entusiasmo de la devoción.

Algunos romeros habían encendido bengalas para ahuyentar la oscuridad y alumbrarles así el camino a los bueyes. Rezaban. El padre Zarallo, que no se había apartado en todo el día del alcalde de carretas, inicio el santo rosario con su voz puberta y todas las voces, graves ahora, templadas por el fervor, rezaban el Avemaría. Las sombras de los romeros se acrecentaban contra las bardas blancas de Cuatrovitas, agitándose como una aparición”. [p. 48].

Puer delicatus

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PUER DELICATUS

Ángel Borreguero

Madrid, El Sastre de Apollinaire, 2025, 73 págs.

Prólogo de José Antonio Llera

   Ángel Borreguero (Badajoz, 1996) es graduado en Literatura General y Comparada por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Investigación en Humanidades (sección de Estudios Clásicos) por la Universidad de Extremadura, donde ha trabajado sobre la obra póstuma de Jesús Alviz. En 2023 publicó en la misma editorial Putitos. Situada en la estela de esta obra pero con composiciones notablemente más breves, Puer delicatus“no se atiene a ningún género literario ni continúa modelos previos que le sirvan de coartada. Si no es narrativa, ni poesía, ni ensayo, ¿qué es entonces? Pienso en el álbum de un fetichista por su mirada obsesiva y mórbida:  los cuerpos se trocean, se observan con curiosidad y delectación, parte a parte […] Frente al erotismo que fija su atención en los cuerpos bellos e idealizados, frente al platonismo del erómenos y al erastés, el ojo se tuerce y apunta hacia lo feo o abyecto: pústulas, heridas, secreciones, escorzos, deformaciones, hipérboles y caricaturas que nos hacen sonreír y que recuerdan a la tradición del esperpento y lo grotesco” [Prólogo, pp. 7 y 8]. Reproducimos diez de estos singulares textos.

 11

“¡Los capitanes victoriosos despiden un fuerte olor!”

12

Una estrella del baloncesto: la cara como yodada, y ese trozo oscuro del río. El olor ácido y confortativo: las piernas abiertas, el culo redondo y rubio. Aquel costurón amarillo huevo.

13

Aguas del cuerpo, suculencias, un festín fantasmagórico.

14

La cara muerta de un melón amarillo, granuloso. El aire verdecido, el olor.

15

Un baño de plástico rosa: el cuello gordo, la cabeza tuberculoide. Es el adolescente babrirrojo: en la barriga limpia, balsas de Marie Brizard, aguas de olor.

16

El pelo pelirrojo y ralo. Batidos de colores increíbles, las costras.

17

En la mañana dulce, enlentecida: lociones que huelen a fresa, sustancias abrasivas, un zumo en fáciles tonos fucsias.

18

El largo moro membrudo, en la piscina de Jaraíz. Parece una cartulina animada.

19

“¿Y por dónde se sale, señora? –Preguntó Sansón-. ¿Hásele roto parte de su cuerpo?”.

         Cervantes

20

La china de la barriga un poco rara.

[pp. 18-22].

 

Ángel Borreguero sobre Palabras

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   Reproduzco la amable reseña que Ángel Borreguero publicó el pasado sábado, 15 de marzo, en el suplemento "Trazos" del diario Hoy sobre Palabras. 

Los paseos de circunvalación 

SIMÓN VIOLA: Palabras. Editora Regional de Extremadura, 2025, 99 páginas, 10 euros.

   En el capítulo cuarto de este libro, Simón Viola (La Codosera, Badajoz, 1955) relata barojianos paseos por la ciudad universitaria parisina en el verano de 1983, por los alrededores del parque de Montsouris y el Periférico de circunvalación. Recuerdan estos periplos urbanos a Susana y los cazadores de moscas (1938), novela de madurez del vasco en que el narrador y la protagonista paseaban su amor periférico provinciano en la gran ciudad por los mismos parajes que más de cuarenta años después paseará el flâneur Viola al ritmo de la música nacional rusa (Tchaikovsky o Rimsky-Korsakov) que le permite escuchar su “pequeño radio-casette con auriculares” (p. 37).

   Como el bulevar periférico de París, este libro tiene algo de paseo de circunvalación, y el núcleo que circunda no sería otro que el vivir gozoso del que hablaba Javier Cercas en el fragmento de La velocidad de la luz (Tusquets, 2005) que Simón Viola utilizaba como epígrafe en Fronteras (Diputación Provincial de Badajoz, 2020), su primera incursión en la ficción literaria: “de un tiempo a esta parte, me persigue la sospecha de que quizá la felicidad consista en estar vivo, y de que todos somos felices, solo que no nos damos cuenta”. Esta felicidad, experimentada ya en la infancia, se recobra en los dos últimos capítulos de Palabras, en la sala de profesores donde por la ventana “entraba un perfume de lavanda mientras el tiempo parecía detenerse en su fluir […], como si algún tonto se hubiera dejado abierta una de las puertas del paraíso” (p. 87), o en la finca de Valdecerillos, entre olivos, higueras y madroños, en una estampa de tono contemplativo y elogio de la vida silenciosa y sin propósito.

Si en Fronteras primaban los textos narrativos y de sabor legendario o consejero, ligados en su ambientación a los paisajes originales y a los mitos fundacionales del autor, en este repaso sin efusiones por la cotidianidad de toda una vida, hecho de doce secciones o apartamentos autoconclusivos pero interrelacionados (motivos y formas reaparecen con insistencia), la prosa de Viola abunda en la digresión, coquetea con el ensayo y con el comentario de textos, y se hace abiertamente poética ya en las últimas composiciones. Es Palabras un libro cruzado por los libros, por la cita literaria inesperada y la delectación morosa en la palabra: en sus páginas trata el narrador con escritores (amigos y conocidos), desmenuza sintagmas, aplica minuciosidad a los textos y el resultado no pesa sin embargo: es ligero y casi portátil. Son particularmente divertidas las páginas que se dedican a desentrañar el sentido último de los refranes (por ejemplo, “la mujer y la cereza por su mal se afeitan”), o aquellas en se comentan los deslices y dislates de grandes escritores. Algunos de los nombres que aparecen en estas memorias literarias y sentimentales son los de Ricardo Senabre, Julio Cortázar, Octavio Escobar Giraldo, Laura Restrepo, Dulce Chacón, Félix Grande, José Saramago, Susana Martín Gijón o José Miguel Santiago Castelo...

   También en Palabras recupera Viola sus orígenes campesinos y rayanos; propone la rehabilitación del poeta pacense Manuel Monterrey, al que pinta enflaquecido y lleno de piojos ya hacia 1956 (moriría más de siete años después), y sometido en su propia casa; comenta dos viajes a Colombia y la disparidad de estilos y psicologías entre los autores visitantes del Aula Literaria Guadiana de Don Benito, que durante más de veinte años coordinó junto con el profesor José Carlos García de Paredes. Conviven en suma en este libro el análisis ameno de textos y la risa abierta, el gusto por la curiosidad etimológica, por el calambur, el equívoco lingüístico y la inventiva verbal, y el recuento de anécdotas de la vida profesional.

   Simón Viola enseñó, durante más de cuarenta años, lengua y literatura en el Colegio Claret de Don Benito, donde fue apreciado como profesor y admirado como ser de lejanías–incluso quienes estudiamos allí y no lo tuvimos como profesor, a su labor al frente del Aula Literaria Guadiana debemos de igual manera el descubrimiento en la adolescencia de autores como Rafael Reig, Marta Sanz o Vicente Molina Foix.

   En un momento de pesimismo o incertidumbre, se pregunta el profesor Viola por la utilidad de su trabajo y habla de “cientos, miles, millones de palabras gastadas sin que llegara a saber si servirían para algo, si dejarían alguna huella en los alumnos, si contribuirían a consolidar su identidad o su formación”. Pero es cierta la cita de H. B. Adams que se reproduce en las primeras páginas del libro: “El profesor, como el escritor, trabaja para la eternidad”.

Ángel Borreguero

 

Viaje a Filipinas

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VIAJE A FILIPINAS (1935-1936)

Artículos y epigramas

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Rescate, 2024, 144 págs.

Edición e introducción de Aurora Díez-Canedo F.

   Aurora Díez-Canedo Flores es doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México y desde 2004 investigadora del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la misma institución. Profesora de Historiografía de México en la Facultad de Filosofía y Letras, ha trabajado también sobre su abuelo Enrique como traductor, y en su correspondencia con sus contemporáneos. Cuenta con capítulos y artículos sobre el tema y con los libros Enrique Díez-Canedo, Juan Ramón Jiménez en su obra, acompañado de la correspondencia Juan Ramón Jiménez/Enrique Díez-Canedo (1907-1944). México, El Colegio de México, 2007 y Enrique Díez-Canedo/Alfonso Reyes; Correspondencia 1915-1943. México, Universidad Nacional Autónoma' de México/Fondo Editorial de Nuevo León, 2010.

   Viaje a Filipinas recoge los artículos publicados en el periódico El Sol entre febrero y junio de 1936 bajo el título “Notas de lectura”, que recogen las impresiones y reflexiones de su viaje en misión cultural a Filipinas realizado por Díez-Canedo entre diciembre de 1935 y marzo de 1936 cuando la presencia cultural de España en las islas es aún muy marcada (la guerra y la Dictadura arruinarían definitivamente la influencia española). El resultado constituye un testimonio que “reviste una significación histórico-literaria y filológica, pues su contenido nos ilustra sobre un momento ambiguo y coyuntural en la vida de este archipiélago, en que existe un delicado equilibrio entre diversos factores culturales y políticos a punto de romperse” [Introducción, p. 32]. Reproducimos un fragmento del artículo titulado  “La encrucijada de Singapore” aparecido en El Sol el 6 de marzo de 1936 (seguido de uno de uno de los “epigramas de Extremo Oriente” sobre la misma ciudad).

   “Singapore no nos dejará vagar tranquilamente por sus calles, animadas por una muchedumbre en que todo el Oriente se ha congregado: trajes brillantes, velos llamativos de las mujeres indias, bronceada desnudez del bracero e impecable traje blanco del gentleman, el fez y el salacot, el turbante y el sombrero cónico de los chinos, largas cabelleras y extrañísimos moños hindúes, rostros andróginos malayos y barbudas facies indostánicas; no nos dejará Singapore tranquilos sin lanzarnos de pronto un chaparrón en que el agua rebota, violenta, sobre el asfalto, para despejarse enseguida y dejar en el cielo lavado la luna llena más sorprendente al nacer, en rojo vivo, más poética, a lo vulgar, cuando ya está alta en el firmamento. Ni podremos contemplarla extasiados, porque el espectáculo de la tierra tira ya de nosotros. Se trata de ver el New World, un par de atracciones, con todos los tenderetes habituales en una feria, con un cabaret en donde las tanguistas son taxis (cuatro danzas, un dólar de los Estrechos) y visten a la europea sus lánguidos cuerpos; con dos o tres teatros chinos…” [pp. 57-58].

 

SINGAPORE

Todo lo envuelve tu oriental molicie

y en este mar que te acaricie, miro

ya no profundidad, ya no zafiro,

sino jade, impureza y superficie.


Revista de Estudios Extremeños

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REVISTA DE ESTUDIOS EXTREMEÑOS

Luis Sáez Delgado [Dir]

Badajoz, Centro de Estudios de Extremeños, Diputación de Badajoz, 2024, núm. 1, 677 págs.

   Acaba de ver la luz el primer número de 2024 de la Revista de Estudios Extremeños en una nueva etapa en que su director renueva su consejo asesor con nuevas incorporaciones y abre sus páginas a otras disciplinas humanísticas. En palabras de su director, “la revista distingue, ahora, tres sectores que vertebran su contenido: ‘Académica’, con los estudios que son la esencia de la publicación; ‘Efímera’, donde las tradicionales notas y reseñas proponen un escaparate de la edición del entorno extremeño por razón del autor, tema o editorial; y la mayor novedad, ‘Contemporánea’, dedicada a ofrece en cada número un panorama temático, a partir de reflexiones, conversaciones o análisis de la alta cultura que se desarrolla hoy en Extremadura. ‘Contemporánea’ está coordinada por un Consejo de Redacción formado por nombres bien conocidos de las artes visuales y la literatura, y se completa con originales inéditos de autores invitados y la presencia de ilustraciones que dotan de homogeneidad a cada sección y celebran el brillante panorama del diseño gráfico y las artes plásticas”. [p. 14]. Algunos de los trabajos relacionados con la literatura son “Pureza Canelo. La voz de la retirada” (Françoise Morcillo), “La naturaleza en la poesía extremeña contemporánea” (Serafín Portillo), “Reivindicación del Oeste español” (Julio Llamazares) o “Julio Llamazares: mirad a lejana sobre el lejano oeste” (Noemí Sabugal) o las reseñas sobre Briznas de quien (Emilia oliva), de Francisco López-Arza Mora, Flexiones, inflexiones, reflexiones y otros ejercicios desaforísticos (Félix José Ortiz) de Mariano Moreno Requena o Presencia de la tarde (Moisés Cayetano Rosado) de Francis Negrete.

 


Santuarios

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SANTUARIOS

Tente Garrido

Granada, Averso, Col. Perversa, 2025, 85 págs.

Prólogo de Fermín Solís

   Tente Garrido (Plasencia, 1980) es diplomado en Pedagogía Terapéutica, graduado en Educación Primaria, diplomado en Literatura Creativa/Narrativa por la Escuela Universitaria de Artes TAI y en la actualidad ejerce como maestro de lengua portuguesa en Valverde del Fresno. Ha publicado el poemario Glory hole (Ediciones Vitruvio, 2021) –seleccionado entre los mejores libros de poesía por la Asociación de Editores de Poesía- y Temperamentos básicos (Editora Regional de Extremadura, 2022), así como poemas y relatos en diversas revistas y fanzines. Estrechamente vinculado al mundo de la música, es letrista del grupo de punk-rock Antikracia.

   Agrupados en varios “santuarios” (al borde del camino, de jardín, domésticos, del templo), “los poemas de Santuario son modernos e irreverentes, algo escatológicos; y en ellos, a pesar de que Tente reside en un pueblo de sierra rodeado de naturaleza, hay un bagaje vital previo, un ir y venir intenso que hace que en sus páginas un servidor respire asfalto, urgencia, grandes edificios metálicos y esa suciedad cotidiana que inunda las grandes ciudades tanto de manera física como metafórica” [Prólogo, pp. 13-14]. Reproducimos una de las composiciones. 

Conversión 

Yo también me escondo

entre la gente,

empaño el crista transparente de mostrador

que separa mi voz

de un receptor impertinente.

Yo también he decidido

ser culpable sin remordimiento,

consecuente con mis delitos,

aceptar y relativizar

mis pequeños fascismos

de cada día.

Poco tenaz, poco elocuente.

Yo también cuento monedas,

barro pelusas debajo de sofá,

piso con las suelas sucias.

Me olvido de reponer el papel higiénico,

niego obviedades y me rasco

entre los dedos de los pies.

Yo también lloro cuando me acuesto

-a veces no estoy solo-

Y me como los mocos cuando

nadie me ve.

 

La niña Juana de Austria

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 LA NIÑA JUANA DE AUSTRIA

Secreto, poder y religión en tiempos de Carlos V

Jesús Rubio Carrero

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Estudio, 2024, 171 págs.

   Jesús Rubio Carrero (Plasencia, 1976). Profesor, historiador y poeta. Licenciado en Historia y Doctorando en Teoría y Metodología de la Historia por la Universidad de Salamanca. Funcionario de carrera del Cuerpo de Profesores de Secundaria. En la actualidad es profesor de Historia en el IES Parque de Monfragüe de su ciudad de nacimiento. Como historiador, ha publicado, junto a José Ángel Sánchez Galán, «El Ayuntamiento de Salamanca 1812-14» en la Revista del Instituto de Administración Pública. Como paleógrafo ha transcrito las Reales Provisiones de los Reyes Católicos sobre Villa de Plasencia (1494-1498), junto a las Comprobaciones de 1753 y 1761 sobre dicho municipio, sitas en el Archivo General de Simancas. Como docente, ha escrito «Ciencias Sociales: una propuesta metodológica» en la Revista Km. 268 de La Carolina (Jaén) y elaborado los temas de Historia para el curso de oposición a Auxiliares de Biblioteca de la FUNED (Fundación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia). Como poeta, ha publicado Desde el volcán: un ciclo de psicomagia en la colección Orbital de la Editora Regional de Extremadura y ha ganado el segundo premio del Certamen Espejos de Agua de Linares de 2009 con su obra La última llamada.

   “1522. El emperador Carlos V está de vuelta en Castilla tras su coronación en Aquisgrán. En septiembre visita a su madre Juana en Tordesillas, momento en el que tiene lugar el acontecimiento que da pie a esta investigación histórica, su relación con una de las damas de la reina. Como consecuencia de ello, nace su hija Juana en 1523, a la que se considera en la época como "hija del pecado". Carlos V tiene que mantener ocultos estos hechos para proteger su imagen en Castilla, donde la revuelta comunera está aún reciente. Varias vidas quedan marcadas para siempre, vidas que este libro rescata de un silencio sepulcral de cinco siglos tras una investigación denodada en archivos como el General de Simancas, el de la Real Chancillería de Valladolid o el Histórico Nacional, y con el apoyo de una ingente bibliografía. No sólo es la historia de unas personas del XVI a las que marcó Carlos V, sino también la historia de una investigación”. [Texto de contraportada].

100 años del papel de la mujer en la cultura extremeña

Correspondencias

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CORRESPONDENCIAS

Antología de narradores de Extremadura y Antioquia, siglo XXI

Coordinación general y edición de Antonio María Flórez

Selección de textos y notas de Luz Mary Giraldo, Antonio María Flórez y Manuel Simón Viola

Don Benito, Ayuntamiento de Don Benito, 2025, 263 págs. 

   Bajo la coordinación del escritor hispano-colombiano Antonio María Flórez ve la luz este singular proyecto que reúne a dos grupos de narradores de Extremadura y Antioquia. Reseñamos en esta nota el bloque de escritores españoles que cuenta con un prólogo general de Antonio María Flórez y una introducción de Manuel Simón Viola (“Liminar: Extremadura cuenta”). La notabilísima nómina de escritores regionales es la siguiente: Luis Landero (“Alburquerque”), Efi Cubero (“Correspondencia”), José A. Ramírez Lozano (“El pitillo”), Gonzalo Hidalgo Bayal (“Luz de agosto”), Dulce Chacón (“En las islas Morrocoy”), Manuel Simón Viola (“Valdecerillos”), César Martín Ortiz (“Gloria y ruina de los interinos”), Eugenio Fuentes (“Saeta”), Antonio María Flórez (“Como un fantasma”), Victoria Pelayo Rapado (“Mejor con la luz encendida”), Javier Cercas (“Volver a casa”), Alonso Guerrero (“Vivir de los libros”), Pilar Galán (“Trío Maracaibo”), Yolanda Regidor (“Desagüe”) y Susana Martín Gijón (“Un día en mi mundo al revés”).

 

Correspondencias

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CORRESPONDENCIAS

Antología de narradores de Extremadura y Antioquia, siglo XXI

Coordinación general y edición de Antonio María Flórez

Selección de textos y notas de Luz Mary Giraldo, Antonio María Flórez y Manuel Simón Viola

Don Benito, Ayuntamiento de Don Benito, 2025, 263 págs. 

   Bajo la coordinación del escritor hispano-colombiano Antonio María Flórez ve la luz este singular proyecto que reúne a dos grupos de narradores de Extremadura y Antioquia. Reseñamos en esta nota el bloque de escritores antioqueños que cuenta con un prólogo general de Antonio María Flórez y una introducción de Luz Mary Giraldo (“Antioquia: tierra de creadores”). La relación de escritores colombianos es la siguiente: Darío Ruiz Gómez (“Para decirle adiós a mamá”), Ricardo Cano Gaviria (“El tren de Hadamar”), Piedad Bonnett (“Lo que no tiene nombre”), Juan Diego Mejía (“El planeta cojo”), Paloma Pérez Sastre (“El inquilino”), Luis Fernando Macías (“Bajo los bosques plateados”), Hecor Abad Faciolincince (“La fiebre en Tolú”), Lucía Donadío (“Esa señora tan buena”), Jorge Franco (“La única noche de golondrina”), Pablo Montoya (“El salto”), Sergio Ocampo Madrid (“El perro que hablaba en lunfardo”), Isabel Botero (“El ajiaco dominical”), Janeth Posada Franco (“La salida está cerrada”), Sara Jaramillo Klinkert (“La planta carnívora”) y David Betancourt (“El grito de independencia”).

 

Presentaciones

Presentación de Palabras

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    Las negras nubes viajeras pasaron de largo y quedó una tarde templada de mayo para presentar Palabras, mi último libro publicado con el cuidado y la pulcritud habitual por la Editora Regional de Extremadura en su colección Vinvapervinca. Abierto el acto por el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Antonio L. Vélez, le siguió un diálogo con Antonio Oriol, Director de la Editora Regional, que no sólo planteó unas preguntas oportunas sino que realizó un agudo análisis del libro. Entre el público asistente pude saludar a María José Hernández, alma de la Editora, y a mi excompañera de trabajo Manuela Parejo acompañada de su hijo y unos amigos. El resultado fue un encuentro sencillo, natural y muy gratificante.


Presentación

El Espíritu de los Quelcinos

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EL ESPÍRITU DE LOS QUELCINOS

Juan Ignacio Rengifo Gallego

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Geografías, 2024, 214 págs.

   Juan Ignacio Rengifo Gallego, es profesor titular del área de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Extremadura. Apasionado de los espacios rurales y sus tradicionales formas de vida, ha convertido a estos en los protagonistas de los relatos de ficción que escribe con regularidad, algunos de los cuales ha publicado en periódicos y revistas. Aunque tiene una prolífica trayectoria como autor de libros, capítulos de libros y artículos, relacionados con su actividad académico-investigadora, es El Espíritu de los Quelcinos su primera novela de ficción.

   En la estela de la Comala de Rulfo, el Macondo de García Márquez, la Celama de Mateo Díez, la Santa María de Onetti o la Murania de Hidalgo Bayal, El  Espíritu de los Quelonios contiene la completa invención de un territorio, la comarca de los quelcinos (árbol ficticio vagamanete emparentado con los “Quercus”), un entorno agreste y aislado, rico en especies de caza menor y mayor, con Belmucón como capital, que ha sabido conservar hasta los primeros años de  la década de  los setenta su naturaleza intacta (los quelcinos y los rasos, el macizo de Montealto, los valles de los Molinos y de los Alisos, las cuerdas de Peñas Blancas y de la Garrapata) y todas sus tradiciones: leyendas, , agrupaciones culturales, creencias míticas y costumbres seculares. Con un antiguo referente moral (el filósofo Nuriócrates) que predicó la concordia, el entendimiento y el diálogo, y liderado por Liulmerio, hombre recto, apreciado y respetado por todos, este mundo armónico tendrá que enfrentarse a la traición y a la revuelta de un grupo de convecinos que trata de disgregar con nuevos usos la Hermandad de los Monteros, una de las asociaciones fundacionales de este entorno, como primer paso para abrirlo al exterior y anular su identidad. Contada con una notable riqueza léxica, con una singular habilidad para la invención, la trama se enriquece, a la manera cervantina, con historias incrustadas o secundarias (el asesinato de los tres jóvenes, la caza del jabalí, la muerte de Tristán por un rayo…), pues a la primigenia propuesta narrativa (la creación demiúrgica de un universo a la vez ficticio y verosímil), le acompañan otros narradores impulsados por el puro placer de contar. Reproducimos un fragmento que incorpora una descripción de la comarca.  

   “Más allá del río Negro se extendía el denominado territorio de los Quelcinos, área selvática y montañosa de gran extensión, con límites marcados nítidamente por sus cuatro puntos cardinales. Aquel extenso pedazo de tierra gloriosa debía su nombre a la especie arbórea dominante en la zona: el Quelcino (Quercus fasianus), fuente principal de la que manaba el espíritu. Esta especie leñosa, endemismo singular de la zona que no era conocido en ningún otro lugar del Reino de Hesperia, medraba con suma facilidad dada su perfecta adaptación a las especiales condiciones edáficas y climáticas del territorio. Su tronco robusto recordaba al de una encina, su enrama-do al de un alcornoque y sus hojas perennes, de color verde intenso por su cara superior, y de color rojizo por el envés, a las de un quejigo. Producía una bellota con tres cabezas que era muy carnosa y difícil de separar del cascabullo: la trillota. Los quelcinos eran árboles de una extraordinaria belleza que se caracterizaban por tener un tronco bastante alto que, generalmente, era rematado por un ramaje denso que crecía en sentido horizontal, abarcando una amplia superficie de vuelo. Como resultado de ello, el bosque de quelcinos contribuía a dibujar un Paisaje grandioso en lo estético y en el volumen, tanto en el Plano vertical como en el horizontal.

   Las fronteras de la comarca de los Quelcinos venían perfiladas, hacia el mediodía, por el río Negro y, hacia septentrión, por el apéndice montañoso llamado Montealto. Sobre el mapa, Montealto presentaba una ligera orientación noreste-suroeste, de la que brotaban, como lo hacen los dedos una mano, cinco valles y seis tentáculos montañosos, denominados cuerdas, que separaban los valles. Las cuerdas eran conocidas por los nombres de Peñas Blancas, Las Cabras, Estrecha, Temeraria, del Oro y La Garrapata”. [pp. 59-60].

 

Publicaciones de la Diputación de adajoz

Juntas de Badajoz y Elvas, 1524

25 años del premio Francisco Valdés

Remolinos y remansos

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REMOLINOS Y REMANSOS. ANTOLOGÍA.

Jorge Camacho Cordón

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Geografías, 2025, 195 págs.

Ultílogo (“Poesía de los extremos”) de Elisabeth Falomir Archambault 

   Jorge Camacho Cordón (Zafra, 1966) escribió hasta 2016 poesía principalmente en esperanto, a la que el autor austríaco Clemens J. Setz dedica un capítulo de Las abejas y lo invisible. En 2018 apareció su primer libro de poemas en castellano, Palestina estrangulada, reeditado en 2023. Quemadura, de 2020, reunió su obra poética en español a lo largo de treinta años. Tiene otros dos poemarios breves inéditos, Alce y reno (trilingüe) y Gadir (bilingüe), así como la sección Quemaduras en la revista cultural en línea Café Montaigne.

   Remolinos y remansos contiene un nutrido número de composiciones que se agrupan en varios bloques, pero que dada la marcada diversidad temática y formal difícilmente se doblegan a clasificaciones; conviven así poemas que se abren a realidades muy distintas: el cosmos y los seres menudos, ciudades próximas y lejanas,  la infancia y el destierro a la gran ciudad, las tiranías y los genocidios, reflexiones existenciales sobre la vida y la muerte… y todos ellos comunicados mediante soluciones formales que van desde los metros clásicos o populares (endecasílabos blancos o asonantados, formas arromanzadas), hasta el verso libre, e incluso soluciones experimentales (como los caligramas). “Los poemas de Jorge Camacho contienen otros mundos posibles. Quizá en esto consista, en rigor, la labor del poeta: en crear universos que se imbriquen sabiamente en este, que se solapen para permitir otras perspectivas […] También es labor del poeta -y en esto el autor demuestra un oficio envidiable- ensancharnos la imaginación para conseguir poblar esos mapas de nuevas entidades que no nos hagan conformarnos con lo que ya existe” [p. 186]. Reproducimos una de las composiciones con claro trasfondo biográfico. 

Al margen de pensamientos sobre la demolición de casas

 (Me recuerdo, o lo recuerdo a él, con diez años

el día de la mudanza

a la nueva vivienda en la ciudad extraña,

esperando a que desembalen el sofá

para sentarse a leer de un tirón el libro escogido

de la caja recién llegada y recién abierta.

 

Con vaguedad

recuerdo al muchacho de diez años

que, absorto, lee Cómo murieron Hitler y los suyos

mientras muebles y enseres

ocupaban los espacios vacíos, vírgenes.

 

Y recuerdo también que, casi 30 más tarde,

otro yo algo más curtido por la vida,

ambihuérfano y quizás más maduro,

volvió por última vez al mismo piso,

al de los padres, ya vendido,

sin enseres ni muebles,

frío y luminoso.

 

Como escribió Miguel Espinosa,

las historias  principian realmente

por el final.

 

Es decir, sólo el segundo paréntesis

permite apreciar la sutil curvatura del primero.)

 

Miguel de Unamuno y Manuel Castillo

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MIGUEL DE UNAMUNO Y MANUEL CASTILLO

Entre la Universidad de Salamanca y el Instituto General y Técnico de Cáceres (1899-1916)

Tirso Bañeza Domínguez

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Estudio, 2025, 453 págs.

Prólogo de Milagros Lancho Guirado 

   Tirso Bañeza Domínguez ha sido profesor de Filosofía en varios institutos de Extremadura, entre ellos el cacereño IES El Brocense. Se licenció y doctoró en la citada materia en la Universidad de Salamanca. Ha publicado artículos en diversas revistas sobre temáticas propias de su especialidad, así como sobre educación, destacando: «El conocimiento en Guillermo de Ockham», ICE Universidad de Extremadura (1990); «Presencia y significado de José María Valverde en la revista Escorial», Alcántara (2004); «Camilo José Cela y José María Valverde: Entre la amistad y el olvido», Anuario 2007 de estudios celianos, Fundación Camilo José Cela y Universidad Camilo José Cela; «Ética de la rebelión y terrorismo en Albert Camus», Paradoxa (2013); «Aranguren y Valverde: desde el recuerdo», El Catoblepas, revista digital www.nodulo.org (2017); «Acercamiento al contenido del Libro 1° de las Juntas de profesores y visitas del Instituto de Cáceres entre 1859-1864», Revista de Estudios Extremeños (2022); «Los primeros estudios nocturnos en Extremadura y el IES El Brocense», Alcántara (2016); «Contenidos del Libro de Actas del Claustro del Instituto Nacional de 2a Enseñanza de Cáceres durante la Guerra Civil», Norba (2022). Ha colaborado también en obras colectivas con textos tales como «Lo iberoamericano en el Valverde juvenil: 1943-1955», en El pensamiento hispánico en América: siglos XVI-XX, Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca; y «La odisea de Valverde», ponencia publicada en José María Valverde. Pensament. poesía, llenguatge, Cátedra Ferrater Mora de pensamiento contemporáneo, Universidad de Gerona. Asimismo, publicó en 2009 No hay estética sin ética o la biografía intelectual de losé María Valverde Pacheco, Ediciones Universidad de Salamanca y, en 2012, su Ensayo sobre Valverde vio la luz en la Editora Regional de Extremadura. Ahora la Editora Regional de Extremadura publica esta amplia monografía biográfica sobre Manuel Castillo, uno de los protagonistas más destacados de la enseñanza media en la provincia de Cáceres, de cuya notable aportación sobresalen su relación epistolar con Miguel de Unamuno, con la reproducción de numerosísimas cartas (lástima que no haya podido contar con las del autor vasco), su apoyo a la República y su exilio en la posguerra. Reproducimos un fragmento que subraya las concomitancias en las trayectorias ideológicas de estos dos hombres.

   “Activismo docente, activismo estudiantil incluso pudiera tal vez denominarse en cierta medida lo anterior, pues fueron activistas y no solo en el orden indicado, también y muy destacadamente en lo que tenía que ver con lo social, como ya se ha dicho. Hay en ambos un obrerismo comprometido: mítines, charlas, correrías por los pueblos charros o cacereños en cada caso para aventar la cuestión agraria e ilustrar sobre la situación en la que vivían ante ferroviarios, braceros, empleados, vecinos..., un proselitismo político y social que no estuvo ajeno al ideario de ambos, de lo que sus actores no se recataban ni ocultaban. Podríamos decir que los mimbres que entretejerán el sueño de esa sociedad más libre, más justa, son en ambos el progresismo regeneracionista, el institucionismo, el republicanismo, el liberalismo (no tanto como marca política, sino como una liberalidad cuyos fundamentos serían la libertad y la tolerancia), la cuestión agraria, el socialismo también en Unamuno con las consideraciones que ya hemos hecho antes (siempre presente desde la sensibilidad hacia los problemas del trabajo, la desigualdad, la explotación, etc.). Y todo ello no puede desligarse del enfrentamiento con una monarquía que ejemplificaba los males de la España del momento”. P. 385].

 



 


Cuaderno del país en calma

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CUADERNOS DEL PAÍS EN CALMA

Fulgen Valares

Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2025, Col. Vincapervinca, 161 págs. 

   Fulgen Valares, fallecido prematuramente en 2018, nació en San Sebastián, creció en Miajadas y desarrolló en Extremadura su actividad profesional, vinculada al teatro y la literatura. Fue escritor, actor, director y profesor de teatro, viviéndolo siempre como una herramienta de crecimiento cultural y personal. Publicó sobre todo textos dramáticos como, entre otros, Cartas para Extremadura, Santo silencio profeso o los premiados La reina vaca (Mejor texto teatral Festival Cumbre de las Américas, Mar del Plata, 2006), Las meninas duermen en la rúa, montaje de Ábrego, finalista de los Premios Max de Teatro 2008, Veinte millones de dólares (III Premio de Textos Teatrales de Autor Extremeño Fatex 2011, Cemart 2012), o Comediantes, nominada a mejor autor Premios Escenamateur de las Artes Escénicas 2013. Sin embargo, su primer texto publicado, El único amor de Teresa Cornejo (Premio de Narrativa Joven "Ciudad de Monzón", 1999), es una novela. Después vinieron los cuentos, como Trece, con ilustraciones de Susana Llanos, (Primer Premio de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz, 2005) y otras novelas como La Mancha de la Mora (Primer Premio de Novela Carolina Coronado 2006), o La hora de los despojos. Y a la narrativa dedicó sus últimos textos, La noción del cero (Premio XXI Certamen de relatos cortos Rafael González Castell) y Cuadernos del país en calma, que ahora ve la luz.

   Ambientada la trama narrativa en un pasado reciente (hay un par de referencias temporales: gobierno de Obama, mundial de Sudáfrica) y en un más vago entorno geográfico, Archipiélago, se alude en su arranque a una pasada monarquía tiránica, seguida de una Revolución y una saga de Libertadores que han condenado a esta malhadada tierra (que por algunos rasgos recuerda la historia de Cuba, también un archipiélago) a la regresión, al abandono, a la pérdida de la idea de futuro y a un mero vivir vegetativo. Aislada del continente, sin apenas comunicación entre las islas, sin electricidad, el joven Libertador (hijo, nieto y biznieto de Libertadores) se propondrá una recuperación de la entidad nacional comenzando por la lengua (de ahí que contrate a un grupo de filólogos para recuperar el léxico y la gramática de antaño). Reproducimos un fragmento que describe un rincón de este singular territorio. 

“-Si sigue usted mi dedo, verá que, abajo, el valle se hace plano y extenso. Allí es gloria el ir a cazar a la codorniz. Se da mucho el trigo. Me dijo mi padre que ni la codorniz ni el trigo son naturales de esta tierra, que alguien los trajo, pero le aseguro a usted que no podría contar las espigas ni podría dar caza a tanto pájaro. y es gloria porque la codorniz se come, y el trigo, tostado y mezclado con miel de abeja, es un manjar... Luego ve usted, al final, taponando el valle, como una maraña de árboles caídos. Eso fue cuando la riada. Llovió en dos días lo que no había llovido en todo el invierno. El agua y el lodo se llevaron todo por delante. No solo en el monte. Aquí, en el pueblo, se cayeron muchas casas. Y no pudimos enterrar a más de un vecino porque jamás pudimos encontrar sus cuerpos. Fue una desgracia. Para entonces mis hijos llevaban cosa de cinco años muertos. Y hace diez que murieron.

-¿Y no tiene miedo de lluvia que vuelva a caer otra vez la como cayó entonces? Preguntó el Libertador. El alcalde meditó mucho la respuesta.

-Aquello sucedió hace cinco años. ¿Qué miedo dura cinco años, señor?” [p. 50].

Premio Francisco Valdés

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PREMIO FRANCISCO VALDÉS

25 AÑOS DE UN PREMIO

(17 DE ABRIL DE 1998 – 17 DE JUNIO DE 2024)

Agustín Mohacho Sánchez (Coord)

Don Benito, Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Don Benito, 2025

Prólogo de Manuel de Jesús Gallego Cidoncha

Textos liminares de Agustín Mohacho Sánchez (“Interioridades de un premio”), Pablo Fernández García (“El recorrido de un premio periodístico en una ciudad mediana”), José Luis Capilla (“El poso periodístico del premio ‘Francisco Valdés’”), Dámaso Giráldez Domínguez (“A modo de sumario”), Manuel Casado Velarde (“Arte y belleza según Francisco Valdés”), Guadalupe Nieto Caballero y José Luis Bernal Salgado (“Francisco Valdés, periodista”) y María del Mar Gómez Fornés (“Aquella claridad…”).

   Coincidiendo con el vigesimoquinto aniversario del premio nacional “Francisco Valdés” se presenta este monumental volumen (por el número de páginas, pero, sobre todo, por el valor de las aportaciones y por la calidad de los textos presentados al certamen), coordinado por el director de la biblioteca pública del mismo nombre, Agustín Mohacho Sánchez, quien, a su vez, coordinó con la inestimable colaboración de José Manuel Santiago Castelo cada una de las convocatorias del certamen y de las actividades paralelas (comisiones de lectura, conferencias…). Año tras año (menos los dos de la COVID) se reproducen, con acompañamiento de numerosas ilustraciones (bases del premio, fotografías de los actos de entrega del galardón…) no sólo los trabajos ganadores, sino también los finalistas seleccionados por las distintas comisiones de lectura y los textos de las conferencias. En los últimos años, el premio se enriqueció con dos modalidades más, un certamen para estudiantes de periodismo, y otro para trabajos audiovisuales.

   Incluimos la relación de autores ganadores del premio: Antonio Manilla (“Tindaya”), Juan Manuel de Prada (“El sol de rodillas”), Eugenio Fuentes (“Vivir en provincias”), Juan Andivia Gómez (“Aplausos para el atardecer”), Feliciano Correa (“El lenguaje de pincel”), Rafael Sánchez Ferlosio (“Soberbia obliga”), Manuel Simón Viola (“Una narrativa testimonial”), Gonzalo Anes (“España y el Islam”), Pedro Víllora (“El dramaturgo conquistador y su obsesión por las mujeres”), José Antonio Zarzalejo (“Es la libertad, presidente”), Raúl del Pozo (“El señor Sardina”), Andrés Trapiello (“Pocos, menos, demasiados”), Pilar Galán (“Gestos”), Carmen Posadas (“Velo, sí; velo, no”), Antonio Burgos (“Yo vi dos veces a un santo”), César Antonio Molina (“Mohicanos y bárbaros en el gueto”), Mar Gómez Fornés (“Grus, grus”), Eva Díaz Pérez (“Divagaciones por la Sevilla del quinientos”), Guillermo Busutil (“La vida a la carta”), Cristóbal G. Montilla (“Litoral, la máquina del 27”), Tereixa Constenla (“Intimidades de Arturo Barea”), Daniel Ramírez (“El ‘apartheid? Más cruel y desconocido de España: viaje al gueto de los agotes de Navarra”), Mª José Carmona (“La ola perfecta de Sarah”), José Mª Rodríguez (“Gambogaz: el cortijo con 41 esclavos de Queipo de Llano que Sevilla (no) le regaló”) y Andrés Lozano (“Narcolanchas por el Guadalquivir, la procesión del hachís”).

 

Eugenio Fuentes sobre Correspondencias

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   El pasado domingo, 15 de junio, Eugenio Fuentes publicó en el diario Hoy ("Tribuna extremeña") una reseña sobre Correspondencias, antología de narradores de Extremadura y del departamento colombiano Antioquia. Reproducimos, con su consentimiento, el texto. 

DE EXTREMADURA A COLOMBIA

Eugenio Fuentes 

   Hace unos días, en el Pabellón Iberoamericano de la Feria del Libro de Madrid, y organizada por la embajada de Colombia, se desarrolló una conversación sobre 'Correspondencias', un libro colectivo de relatos de escritores de Antioquia y Extremadura, es decir, de un departamento colombiano donde abundan los creadores y de una comunidad autónoma española con carencias en muchos campos, pero no precisamente en los literarios. De los treinta y un relatos, quince pertenecen a autores extremeños, quince a autores antioqueños o paisas (son válidos los dos gentilicios) y uno es de Antonio María Flórez, que tiene un pie aquí y otro pie allá y lleva años estableciendo lazos. Los escritores, hombres y mujeres, abarcan tres generaciones, desde Luis Landero (1948) a David Betancourt (1985) y tienen obra en marcha.

   El libro no es una selección ni una antología, una palabra que siempre despierta recelos. Y con razón. ¿Quién puede estar tan seguro al dictaminar lo que es mejor hoy y lo que es peor, lo que será válido mañana y lo que quedará en el olvido? Aquí vale decir que 'Correspondencias' es una muestra representativa de la narrativa corta actual de ambas tierras, en la que sin duda también ha influida -para bien o para mal- el eco que los autores han tenido más allá de las fronteras de su comunidad.

   Ciertamente, no exime en la historia de la literatura extremeña una tradición de filandones como en otras comunidades autónomas, y hay que esperar al siglo XX para que el cuento autóctono despegue. Los dieciséis autores reunidos son de calidad contrastada, pero como siempre ocurre, han quedado fuera otros dieciséis con similares méritos que podrían figurar en el índice.

   La introducción teórica por la parte extremeña corre a cargo de Manuel Simón Viola y, por parte antioqueña, de Luz Mary Giraldo.

   Y a propósito de Luz Mary Giraldo, no desaprovecharé la ocasión de contar una anécdota que ilustra su generosidad: hace unos años en mi estancia en Manizales sufrí uno esos malestares digestivos frecuentes al visitar otros países, acaso consecuencia de la alimentación, las aguas o el clima. Y como quiera que teníamos que dejar la habitación del hotel cuando todavía no podíamos ir al aeropuerto para regresar a España, en esas incómodas horas muertas en territorio de nadie Luz Mary Giraldo nos dejó su habitación para descansar, con todas sus cosas personales dentro, documentos, joyas, ropa, en un gesto inusual de confianza entre personas casi desconocidas.

   Puestos a elegir, de la parte extremeña, recuerdo, sin ningún afán evaluador, el relato magistral de Gonzalo Hidalgo Bayal, los no menos admirables de César Martín Ortiz o de Pilar Galán.

   De la parte colombiana, han quedado en mi memoria un fragmento de Piedad Bonnet, extraído de su libro ‘Lo que no tiene nombre’ y un relato de Paloma Pérez Sastre, sobre los recelos y las condenas previas, capaz de generar tensión en unas pocas páginas.

   Mientras el Retiro bullía de lectores y autores que firmaban sus obras, en el Pabellón Iberoamericano se habló de algunos de loas asuntos que aparecen en ‘Correspondencias’ no muy diferentes en las dos orillas. La globalización ha llegado para quedarse y los temas que se tratan en un lado pueden interesar en otro: la memoria, las relaciones emocionales, el arraigo o desarraigo de la tierra, la pérdida de un ser querido, la violencia.

   Solo en el tema de la guerra me parece que hay desequilibrio temático. La Guerra civil española impregnó durante mucho tiempo la literatura española, en todos los géneros, como asunto central o como paisaje de fondo.

   Sin embargo, y a pesar del reciente gran éxito de 'La península de las casas vacías', de David Uclés, el tema ya no despierta tanto interés, ni en lectores ni en las editoriales, acaso porque ya han pasado tres generaciones y se está perdiendo su memoria vital, aunque no su memoria histórica.

   Y, sin conocer a fondo la historia colombiana, creo que el eterno conflicto armado de las guerrillas está detrás de buena parte de su literatura.

   De ahí que en 'Correspondencias' no se hable de la Guerra Civil española y que, en cambio, por parte colombiana si aparezca el conflicto de las guerrillas, porque está más reciente.

   Toda buena literatura es universal y una historia ambientada en la selva puede interesar a alguien del polo, o un relato del mar apasionar a gente de la montaña siempre que esté bien escrito, los personajes sean convincentes y el suceso despierte emoción.

   Quizá alguna gente, convencida de que lo importante en la vida es1a política, las divisas y la tecnología, opine que un libro de escritores de ambas orillas no sirve para nada.

   Me pregunto, sin embargo, si, ante los recelos entre países, no son precisamente este tipo de diálogos para intercambiar historias y palabras a ras de página los que muestran que tenemos las mismas inquietudes, los mismos sueños y las mismas pesadillas, y que compartir su relato contribuye a la concordia más que algunos encuentros diplomáticos.