A LOS VEINTE DE ENERO
UN PASEO FOTOGRÁFICO POR FIESTAS DEL MES PRIMERO
Sebastián Martín Ruano
Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Cuadernos populares, 2020, 126 págs.
Introducción del autor
Epílogo de Javier Marcos Arévalo
Fotografías de Sebastián Martín Ruano
Javier Marcos Arévalo, autor del Epílogo, es Profesor Titular de Universidad. Doctor en Antropología, ha recibido el Premio Nacional de Antropología Marqués de Lozoya. Director e investigador en varios proyectos nacionales e internacionales, cuenta con una nutrida obra docente e investigadora. Ha realizado trabajo de campo etnográfico en diferentes comarcas y en varías comunidades de Extremadura, Norte de la Sierra de Sevilla, en la frontera hispano-lusa y México.
A los veinte de enero recoge numerosas fiestas populares regionales, descritas e ilustradas por fotografías, celebradas durante el primer mes del año. “Los santos más celebrados son san Antón, San Sebastián y su variantes, aparte otras especialidades locales cono San Fulgencio, San Fabián, san Vicente Mártir” [Epílogo, p. 119]. Uno de ellos, San Antón, es el protagonista de las festividades de Brozas, Fresnedoso de Ibor, Garrovillas, Pescueza y Navalvillar de Pela. Reproducimos un fragmento de la celebración en esta última localidad.
LA ENCAMISÁ DE SAN ANTÓN
Navalvillar de Pela
[…]
Según la tradición, la Encamisá de San Antón también conmemora una batalla en que se derrotó a los moros que intentaban invadir el pueblo. Al verse en inferioridad los peleños tuvieron que ingeniárselas para dominar a un enemigo muy superior en número de combatientes. Por eso en la noche encendieron en el pueblo numerosas hogueras y, con camisas blancas y unos gorros puntiagudos que les hacían parecer mucho más grandes y haciendo numerosas carreras con su caballerías, recorrían incansablemente las calles del pueblo blandiendo cuchillos, hachas, antorchas, cencerros, campanillas, tambores y otros aparatajes. Las figuras fantasmales que se movían sin cesar entre la oscuridad y el atronador ruido hicieron retroceder a los enemigos sin entablar batalla, al hacerles creer que en Pela había un importante ejército cristiano. A San Antón se dedicó la salvación del pueblo” [p. 37].