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Channel: NOTAS AL MARGEN

El credo de los suicidas

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EL CREDO DE LOS SUICIDAS

Anabel Rodríguez

Mérida, Editora Regional de Extremadura, col. Geografías, 2022, 76 págs.

   Anabel Rodríguez Sánchezes licenciada en Derecho y abogada en ejercicio, especialista en derecho civil, penal y administrativo. Experta universitaria en mediación familiar, ha participado con relatos en diversas obras colectivas y publicado dos novelas: Azaría (2015) y Perdedores (2020). Colaboradora desde hace varios años en diversa revistas digitales y en la revista cultural Aladar (perteneciente a El Correo de Andalucía), en la actualidad participa en el magazine de radio de Canal Extremadura El Sol sale por el oeste, donde ha tratado desde el feminismo, hasta la historia, pasando por el derecho más actual. También toma parte como tertuliana en Cadena Cope y Onda Cero.

   Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección Geografías El credo de los suicidas, una novela corta cuya trama arranca con un episodio insólito, el protagonista secuestra en el pasillo de un hotel a un desconocido y se encierra con él en su habitación tras narcotizarlo dispuesto a obligarlo a ser testigo de su suicidio. Encerrados ambos hombres en un único espacio, la novela se ajusta en su trama al perfil de una obra dramática clásica que obedeciera canónicamente las tres unidades (una acción, un espacio, un tiempo reducido; de hecho sería muy fácil convertirla en un texto teatral representable, con los pasajes narrativos como acotaciones). La conversación descubre que el hombre secuestrado es el más adecuado interlocutor del suicida, pues es el descendiente de una larga saga familiar de suicidas fracasados que recurrieron a esta medida extrema por diversas razones (un disparo fallido de un militar acosado por combatientes rifeños, un embarazo vergonzante, la infidelidad de  la esposa, una homosexualidad perseguida por su entorno familiar, un fracaso académico…), en su desarrollo argumental que se cierra con un desenlace imprevisto. Reproducimos un fragmento de la conversación. 

         “-No vas a preguntar por qué quiero suicidarme.

         -No, no voy a hacerlo. Las razones que tiene cada uno son de lo más variadas: estoy arruinado, mi mujer me engaña, tengo una enfermedad terminal, me drogo y amargo la vida de los que me rodean, sufro maltrato y no sé cómo evitarlo... pero al final se reducen a una única razón: no puedo afrontar la vida y la única salida es morir. Ahí se encierran todas y cada una de las razones de los suicidas desde que el mundo es mundo. No soportan más la vida, la muerte se revela como el único remedio permanente a los problemas, aunque sean pasajeros. No sé si estás enfermo, o si has perdido dinero o a tu familia, si te abandonó tu amante, te persigue tu pasado o la policía... Da igual, la vida te abruma tanto, que prefieres acabar. No hay razones, hay una única razón y es la que te digo.

         -Sí, quiero dejar de respirar, dejar de hacerlo para siempre. Desisto de vivir.” [pp. 32-33].



75 aniversario de la Biblioteca Francisco Valdés de Don Benito

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    El pasado jueves, 20 de abril, conmemorando el 75 aniversario de la creación de la biblioteca Francisco Valdés de Don Benito, colaboré en un acto en la Casa de Cultura de Don Benito. Invitado por el director de la Biblioteca, Agustín Mohacho, participé junto con Manuel Gallego Cidoncha, presentador y coordinador del acto (que además participó activamente en el coloquio) y con dos de los mejores conocedores del escritor dombenitense, José Luis Bernal y Guadalupe Nieto. El acto se cerró con las intervenciones del público (entre los que se encontraba otro estudioso de Valdés, Antonio María Flórez). Natalia Blanco, concejal de Cultura, asistió al acto y es  la autora de las fotografías.

Las mujeres felices son una quimera

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LA MUJERES FELICES SON UNA QUIMERA

Alonso Guerrero

Córdoba, Ed. Almuzara, 2022, 270 págs.

I Premio Internacional de novela jurídica del ICAGR

   Nacido en Mérida en 1962, Alonso Guerrero es escritor y profesor. En 1982 gana el premio Felipe Trigo de narraciones cortas con Tricotomía, y en 1987 el Navarra de novela con Los años imaginarios. Muestras de sus incursiones en el cuento son El hombre abreviado (1998), Fin del milenio en Madrid (1999) y De la indigencia a la literatura (2004). La novela también le llevó a experimentos como Los ladrones de libros (1991), El durmiente (1998), El edén de los autómatas (2004), Doce semanas del siglo XX (2007) o la narración futurista Un palco sobre la nada (2012), en tanto La muerte y su antídoto (2004) contiene una reflexión sobre el oficio de escribir. Sus últimos libros han sido una novela sobre los atentados del 11-M en Madrid, Un día sin comienzo, la narración El mundo sumergido y la novela El amor de Penny Robinson (Berenice, 2018), que se convirtió en un gran éxito de ventas. También ha ejercido la crítica literaria y el periodismo de opinión. Es profesor de Lengua y Literatura en un instituto de Madrid y con Las mujeres felices son una quimera ha resultado ganador del Primer Premio Internacional de Novela Jurídica, que impulsa el Colegio de Abogados de Granada.

   La mujeres felices son una quimera desarrolla una trama de novela negra de ambientación urbana que arranca con el descubrimiento del cuerpo de un  hombre ahorcado en un árbol de una plaza céntrica de Madrid. El comisario Enrique Lahoz, apodado por sus compañeros “el fantasma” por su tendencia a mantenerse alejado de la comisaría, emprende una investigación (a pesar de una primera impresión no se trata de un suicidio sino de un asesinato) que le llevará a aproximarse a un grupo de cinco personas que sin conocer ni siquiera sus nombres (todas se ocultan tras un alias o nick) coinciden en una página de la Deep Web. La investigación policial tendrá que enfrentarse a nuevos asesinatos que hacen pensar en un asesino en serie, a circunstancias extrañas (como la aparición de los teléfonos móviles de unas víctimas en el escenario del crimen de otras) y a unas personas que han sustituido las relaciones personales por su presencia constante en las redes: en sus casas no hay libros ni cuadernos, ni bolígrafos, sino televisiones de tamaño desmesurado, cedés, lápices de memoria, tarjetas con archivos visuales… Como en los modelos clásicos que reúnen un caso policial con un reflejo crítico de la sociedad (corrupción policial, connivencia entre políticos y delincuentes), la presente novela desarrolla una trama absorbente que nos lleva de un enigma a otro hasta un desenlace insólito, pero también se propone presentar a un nuevo prototipo de ser humano que se ha volcado hacia un mundo virtual en el que el anonimato es “el de gente que se mantiene de incógnito porque así significa más que con sus nombres y apellidos”, en que “nadie quiere ser quien es, ni estar donde está” y tiene una deriva terrible en el caso de niños y adolescentes con los que “la educación ya no sirve de mucho. Ahora se hacen montaraces en internet como si fueran perros abandonados”. Comunicada con una prosa cuidada y precisa tan eficiente en la narración como en los diálogos, la novela es una notabilísima muestra de la novela negra actual. Reproducimos un fragmento del arranque de la trama.

   “La cara del capitán apareció en la pantallas, con sus ojeras de político con demasiadas sobremesas, y le expuso personalmente el expediente del tío colgado del árbol. Asunto del que se había hecho cargo el Juzgado de Instrucción número 21.

         -Encárgate de él –le dijo-. No es un suicidio. El forense ha dicho que lo colgaron después de matarlo.

         ¿Por qué yo? —preguntó Lahoz—. Sabes que no me gustan las cosas complicadas.

         -Porque eres el más cabrón, y el que menos ganas tiene de trabajar. Los jueces sólo te quieren porque les pones las cosas claras.

         -Sabes que los hay más cabrones que yo en la policía, aunque tengas razón en lo segundo.

         -Échale un vistazo al informe del forense. No tiene buena pinta.

         -Nada tiene buena pinta.

         -La familia está pasándolo bastante mal. Hay detalles muy extraños.

         -Estoy seguro de que ya has resuelto el caso. Dime si el asesino es el mayordomo, y punto.

         -Las soluciones ya te las pedirá a ti el juez Corcovado, que es quien instruye el caso. Como os lleváis tan bien, quizá te amplíe el margen de actuación, siempre que no se lo quites a él.

         -Corcovado, extraña casualidad -dijo Lahoz-. Hemos tenido roces, dentro y fuera del juzgado, pero me cae bien.

         -¿Qué quiere decir fuera? ¿Habéis compartido amantes?

         -Esa es la única investigación en la que no me gustaría profundizar. [pp. 10-11].

 

La fábula y el fuego

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LA FÁBULA Y EL FUEGO

Ramón J. Soria Breña

Mérida, De la Luna libros, 2023, 153 págs.

Prólogo, epílogo y fotografías del autor

   Ramón J. Soria Breña (Jarandilla de la Vera, 1965) es escritor y sociólogo. Además de varios trabajos de sus especialidad, ha publicado el libro de relatos Los dientes del corazón (Baile del sol, 2015) y las novelas Los últimos hijos del lince (2010) y El barco caníbal (2018), con la que obtuvo el premio Ciudad de Salamanca de 2017. En 2018 la editorial emeritense De la Luna Libros publicó una compilación de relatos, Partes de guerra (2018).

   La fábula y el fuego, que ahora publica la editorial emeritense De la Luna libros, es en primer lugar un volumen bellísimo, extraordinariamente cuidado, ilustrado por unas magníficas fotografías del propio autor. En su conformación el autor ha recurrido a la estructura de un recetario y, en efecto, cada uno de los capítulos contiene una receta de platos elaborados con productos naturales, pero el resultado final va mucho más allá al comunicar su contenido con una prosa, situada entre la narración y el ensayo, de una notabilísima altura literaria. Cocinar es en esta obra una manifestación cultural ancestral que llega desde el pasado hasta las manos de sus abuelas en combinaciones y sabores romanos, árabes, sefardíes, galaico-portugueses, de Europa oriental, del nuevo mundo o de la Extremadura de los años más tristes de la posguerra. Como apunta el título, la obra reúne cocina y literatura, pues “cocinar es un cuento, una fábula, un mito, el libro entero de nuestra gran historia”, y así el potaje, el cebiche, las vieiras, el almogrote, el pulpo, los caracoles,  las manzanas asadas… se acompasan con referencias a Dumas, Vázquez Montalvan, Pla, Borges, Camba, Vasili Grosman o Mark Twain. En medio de una naturaleza esplendente, entre ollas y trébedes, recuerdos de lecturas y de la infancia, considera el escritor, “me queda la felicidad de ver salir la trucha de mis dedos como una centella de colores y de seguir desayunando algunos días de verano un conejo asado ensartado en un palo en la chimenea de una casa vieja y queso de cabra de postre. Hago caso al poeta [Octavio Paz]: “Defiendo mi ración de tiempo y paraíso”. Reproducimos un fragmento del capítulo titulado “Hígado de cordero estilo Zaida, Zoraida, Zorahaida y mi abuela”.

   “Voy atravesando el tiempo, saltando más mil años atrás, cuando Abd al-Rahman III dominaba el gran sur. Me ha venido a la memoria este guiso posible y pobre, también sofisticado y rico, de un español de entonces, tal vez árabe, judío, godo, bereber, cristiano, quién sabe. Un campesino o pastor o alfarero que a la puerta de su casa de adobe de las afueras de Córdoba, Jaraíz de la Vera o Valencia, poco antes de caer la tarde fría, sobre una trébede mediana acunada en las brasas, dentro de una cazuela de barro muy gastada, sofríe unas cebollas tiernas, unos higos pasos de pezón largo cortados en cuartos y, cuando todo está blando, añade troceados dos hígados de cordero y sus pizcas de albahaca, comino, cilantro, toronjil, ruda y sal bruta. Aviva el fuego, remueve el guiso con un cucharón de brezo y luego lo aparta del hogar hasta que temple. De ese mítico tiempo de califas y taifas, de reconquistas y reconquistas y Medinas Azaharas ya solo quedan mitos y ruinas, unas pocas palabras vivas como alhacena, alcoba o zorzal, y cierto rencor al moro que fuimos y que aún somos, qué triste. Pero muchos sabores de entonces aún palpitan, como este plato de primavera, tan moderno y agridulce de higaditos de cordero con higos pasos que estoy haciendo. ¿Cuántos maravillosos fuas no se engordarán luego alimentando a los gansos, ocas o patos con higos pasos? Pero ya un anónimo cocinero árabe entendió hace mil años la mágica mixtura de estos dos alimentos que hoy, tanto tiempo después, preparo para comer gracias a que mi abuela Ángela me enseñó la sencillísima receta. La cocina extremeña está llena de guisotes de casquería, y este es uno de ellos”.  [pp. 114-115].

 


Cuando vuelvan los elefantes

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CUANDO VUELVAN LOS ELEFANTES

Dionisio López

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Vincapervinca, 2023, 142 págs.

Epílogo de Luis Landero

   Dionisio López (Cáceres, 1978) es Licenciado en Filología Hispánica, estudios que cursó entre las universidades de Extremadura y Salamanca; en la actualidad ejerce como profesor de literatura. Autor de relatos y poemas publicados en diferentes obras personales (Entramados), antologías (Abrazos de náufrago, Al final poesía, ...Y si todos dicen que es de noche, Conclausa, Cuentos de AFAL, El club de los relatores, Letras para los ODS) y en revistas literarias (Sinergia, Heterónima, El Espejo...). También ha adaptado, junto a otros profesores, textos dramáticos de distintas épocas (Quedamos en el XVII, Quedamos en el XIX). En 2022 publica el libro de poesía Los nombres de la nieve. Dirige el blog de reseñas literarias Aves de paso. Cuando vuelvan los elefantes reúne relatos y microrrelatos agrupados en dos bloques (“La sombra” y “La lluvia”), con dos breves textos en la apertura y el cierre (“Biografía” y “Bibliografía”), protagonizados por variados personajes en entornos diversos: un personaje se siente extrañamente amenazado por la presencia un nuevo vecino (“2º B”), una mujer espera aterrorizada a unos hombres por algo sucedido en el pasado (“Una canción del pasado”), una venganza segura se cierne sobre un delator que ha enviado a la cárcel a sus cómplices (“La fragilidad del cristal”), un personaje se ha refugiado en el arte aislándose de todos (“Cumpleaños feliz”), un joven pintor abandona su pueblo para alejarse de un maestro que le impide encontrar un camino propio (“La sombra”)… pero es común a la mayoría de ellos una sensación de infelicidad e insatisfacción (relaciones afectivas rotas o abocadas a la muerte, búsquedas fallidas, desencuentros…), pues “las criaturas de Dionisio López siempre están intentando corregir el rumbo de su vidas. Quizá todavía estén a tiempo de alzar el vuelo con sus alas de cera y escapar del laberinto en que la costumbre y el fracaso los tienen recluidos […] ¿Tendrá valor para hacerlo? Sin duda, pero ahora no, quizá más tarde, quizá mañana (“Mañana se llama uno de los cuentos”, o quizá cuando vuelvan los elefantes.” [Epílogo, p. 137]. Reproducimos un microrrelato que relata un encuentro fugaz como un destello destinado irremediablemente al olvido. 

   ÚLTIMO TURNO

   No habían pasado ni diez segundos desde que le robó el nombre, con un vistazo veloz, al bono de transporte justo cuando ella subía y él bajada de la línea universitaria. Pensó en dar la vuelta, pero las dudas provocaron el cierre de las puertas tras de sí. Se sentó en las escaleras y comenzó a teclear en google, facebook, twitter, tuenti, snapchat, instagram... Nada, no encontró nada. Probó con el nombre y apellidos completos, nombre e iniciales, nombre y ciudad... Nada. Puso diminutivos y todas las variantes que se le ocurrieron... Las horas pasaron sin darse cuenta. Pasaron zapatos, tacones, zapa-tillas, hasta unas manoletinas rojas, que le esquivaban mientras crecía la certeza de que jamás la volvería a ver. Jamás. Al caer la noche, se levantó y emprendió camino a casa, mientras a sus espaldas paraba el último turno del bus, el de las once, el que traía los rescoldos de estudiantes que dejaban, con su regreso, el campus vacío.

 

Cuidado con el perro

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CUIDADO CON EL PERRO

José A. Ramírez Lozano

León, Eolas Ediciones, 2023, 64 págs.

   José Antonio Ramírez Lozano (Nogales, 1950) inició su obra narrativa con Don Illán (Orihuela, 1978), una novela corta con algunas de claves de su mundo narrativo, a la que han seguido otros muchos títulos. Algunos de los aparecidos  a partir de 2000 son Los reinos de Artemón (Algaida, 2001), El capirote púrpura (Algaida, 2003), Iscariote (Algaida, 2005), La flor del toronjil (Junta de Castilla-León, 2007) La oca de oro (Menoscuarto, 2008), El sueño de la impostura (KRK, 2009), Las manzanas de Erasmo (Algaida, 2010), Habas contadas (Diputación de Badajoz, 2010), El crimen de Ampurio Pinto (Diputación de León, 2012), El domador de zapatos (Diputación de Badajoz, 2015), El relojero de Yuste (Ediciones del Viento, 2015), Los celos de Zenobia (Pretextos, 2016), El camello de oro (2018), Un calcetín de lana rojo (2019) Las nueces del más allá (2020) o Pasodoble (Naginata, 2022). Ahora la editorial Eolas publica Cuidado con el perro, que reúne composiciones que pueden ser leídos como micorrelatos (tienen un sentido autónomo) o como una novela breve dada la reiteración de personajes humanos y caninos. Es cierto que la obra refleja un presente en que se da a los perros un tratamiento extraordinariamente consentido, con unos animales melindrosos que protagonizan desfiles de moda, visten ropa de abrigo o, finalmente, descansan en tumbas (“Fuiste mi corazón peludo”), pero no hay en estos textos un propósito de denuncia sino un fin puramente literario que juega, con ingenio, humor y constantes hallazgos léxicos, con las similitudes y contrastes entre los animales y sus amos o la aproximación en la condición humana y perruna de ambos. Reproducimos una de las composiciones.

21

   “Ni doña Matilde Sigüenza ni el propio doctor Riqueni lo-gran entenderlo. Para ellos, todo el que tiene por mascota a un animal que no sea perro resulta, sin duda, un sujeto raro y neurótico.

        —Hay perros y bichos. No hay más —contunde don Arturo Mesa del Hoyo.

  La propia sociedad Gengis Kan, en colaboración con la academia Cipión y Berganza, ha promovido más de un ciclo de conferencias contra el desvarío de apadrinar animales inexpresivos y horrendos, argumentando que pueden conducir al ostracismo del dueño y otras consecuencias psíquicas desastrosas e irreversibles.

        —Ahí tienes a Marcos con el pez —arguye ahora don Virgilio Domene—. Todo el santo día con los ojos pegados a la pecera. Eso no es vida.

        —Pues él dice que le habla —apunta escéptico un tal Mauro—. Debe de ser que las burbujas se le hacen sílabas.

        —Eso es una impostura, Mauro —rebatió doña Matilde despreciando—. Un pez imposible.

        —¿Pero qué calor humano puede recibir ese hombre de un pez? —se arrebata don Arturo con escándalo—. Vale que un gato se arrulle junto al dueño, pero un pez, señor mío. ¿Un pez?

        —Los gatos son la poesía —sentencia Mauro después de un silencio purgativo—, la narrativa los perros.

        —Un gato no te defiende —zanja Riqueni—. Un perro, en cambio, da la vida por ti. Ten en cuenta que los gatos son cobardes y escurridizos, como los poetas.

  En la ciudad de Sevilla hay censados más de cuarenta mil animales de compañía, de los que más de la mitad son perros. Los otros, según la Gengis Kan, bichos: gatos, lagartos, boas, loritos, urracas, tortugas y hasta una libélula que alquilan para los tocados en las bodas.

   A Marcos Santana, el de la dulcería, siempre le gustó la singularidad. Marcos Santana tiene un grillo de mascota.

        —Eso es ya aberración —dogmatiza don Arturo.

   El grillo de Marcos Sena le avisa del extraño que anda a la puerta y, además, le vale de despertador. Aunque hay noches que le da por la cantata y entonces a Marcos no le queda otra que echarle un cubo de agua. [pp.52-53].

 

Lector que rumia

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LECTOR QUE RUMIA

Eduardo Moga

Madrid, Ed. Polibea, Col. La espada en el ágata, 2023, 455 págs.

Prólogo de Antonio Ortega

   Licenciado en Derecho y licenciado y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, Eduardo Moga (Barcelona, 1962) ha publicado diversos poemarios, entre los que destacan La luz oída (premio Adonáis, 1996; edición commemorativa, 2021), Las horas y los labios (2003), Cuerpo sin mí (2007), Bajo la piel, los días (2010), Insumisión(2013, premio de la revista Quimera al mejor poemario del año), El corazón, la nada (Antología poética 1994-2014) (2014), Muerte y amapolas en Alexandra Avenue (2017), Lo profundo es la piel. Antologíade poesía erótica (2017), Mi padre (2019), Tú no morirás (2021) y Hombre solo (2022). Ha traducido a Ramon Llull, Jaume Roig, Évariste Parny, Arthur Rimbaud, Walt Whitman, Carl Sandburg, Wi-lliam Faulkner, Frank O'Hara, Charles Bukowski, Harold Norse, Evan S. Connell, Penelope Fitzgerald, Diane Wakoski y Tess Gallagher, entre otros autores. Practica la crítica literaria en Letras Libres, Cuadernos Hispanoamericanos, Turia y Quimera, entre otros medios, y mantiene la sección «Otras latitudes» en La Sombra del Ciprés, suplemento cultural de El Norte de Castilla. Ha publicado los libros de viajes La pasión de escribil (2013), El mundo es ancho y diverso (2018) y Diarios de viaje (2016-2019) (2021); dos selecciones de entradas de la bitácora Corónicas de Ingalaterra (2015 y 2016); los diarios El paraíso dificil. Siete años en Extremadura (2013-2019) (2020), Expón, que algo queda (Polibea, 2021) y La ciudad encontrada. Crónicas de Sant Cugat (2021) y varios volúmenes de ensayos: Homo legens (2017) o el más reciente, El oro de la sintaxis (2020). Ha sido codirector de la colección de poesía de DVD Ediciones, así como director de la Editora Regional de Extremadura y coordinador del Plan de Fomento de la Lectura en Extremadura. Mantiene el blog Corónicas de Españia. A esta vasta y notabilísima obra literaria, añade el escritor ahora Lector que rumia, una compilación de artículos publicados en su blog y en varias de las revistas especializadas citadas  más arriba. Los textos se agrupan en varios bloques: “Sobre literatura actual” (en especial, poemarios aparecidos recientemente), “Sobre clásicos del siglo XX” (Delibes, Eliot, Hemingway Proust…), “Sobre clásicos de siempre” (San Juan, Quevedo, Shelley…) y “Algunos artículos” de temática variada. Se trata, como puede verse, de una muestra más de una las pasiones del escritor, la lectura y la lúcida reflexión sobre lo leído, una tarea no muy alejada de su obra creativa, pues como acertadamente considera el prologuista, “la escritura crítica de Eduardo Moga constituye una parte determinante de su obra literaria porque viene a reafirmar con certeza la aseveración que Ricardo Piglia hiciera en su libro Formas breves, cuando con su personal convicción declaró que «la crítica es la forma moderna de la autobiografía. Uno escribe su vida cuando cree escribir sus lecturas». Todos los libros de Eduardo Moga —poéticos, ensayísticos, de crítica literaria, traducciones, sus escritos periodísticos—dan razón de una vida que se escribe, a su manera, en cada uno de ellos, y que, al mismo tiempo, instauran una poética que se ordena y se modela en todas y cada una de sus páginas”. [Prólogo, 13] Reproducimos un fragmento de una de las composiciones del último bloque. 

EL PESADO

   EL pesado, entre los escritores, es aquel que está seguro de que su obra es la mejor que hayan visto los siglos desde Homero (o antes de él) y desea hacértelo saber a cada instante, en cada estación del año, con cada libro o artículo que publica, o, mejor, con cada libro o artículo que se publica sobre él. El pesado no tiene escrúpulos ni conoce la fatiga. Antes, cuando lo digital no se había adueñado de la sociedad, el pesado se veía limitado, muy a su pesar, a los parsimoniosos procedimientos de la comunicación analógica y, singularmente, del correo postal. Sus libros caían entonces en el buzón como caen las hojas de los árboles en otoño o las campanadas de las iglesias los domingos y las fiestas de guardar: metálica, metódica, implacablemente. O bien, para superar las lentitudes o negligencias del cartero (qué iluminador aquel epigrama del Eladio Cabañero: «¡Cojones!, dijo el cartero. / Tres libros de Marrodán / y estamos a dos de enero»; Marrodán fue un pesado de narices), el pesado hacía acopio de ejemplares —o de artículos, o de fotocopias, o de lo que fuese que hablara de él— y se lanzaba al río de la existencia con ellos a cuestas, ya fuese en macuto vietnamita, ya en menesterosa pero suficiente bolsa de supermercado, para asestárselos al colega desprevenido con el que se cruzase por la calle. Hoy en día, atrapados por las redes como estamos, el pesado inunda el espacio con sus noticias, poemas, crónicas, artículos, homenajes, presentaciones y publicaciones, y nos aplasta con ellos. No obstante, el pesado que lo es de verdad, el pesado pesado, el pesado pata negra, es capaz de combinar ambos medios: fumiga con sus novedades el universo digital, pero no renuncia a la distribución artesanal de antaño”. [pp. 339-340].

 

La laguna de la feria

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LA LAGUNA DE LA FERIA

Óscar Jiménez Moriano

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. Geografías, 2023, 479 págs.

   Óscar Jiménez Moriano (1968). Ha ejercido como abogado, asesor jurídico y letrado de entidades locales durante casi tres décadas. En la actualidad es Magistrado. Autor de más de medio centenar de artículos relacionados con el derecho, novedades jurídicas y nuevos enfoques en la jurisprudencia, ha publicado diferentes textos de referencia en esta materia: La contratación bancaria de pymes y autónomos: el control de las condiciones generales; El ejercicio de la acción de responsabilidad patrimonial por daños producidos durante la pandemia del coronavirus; Régimen sancionador y punitivo durante la pandemia; Manual para la impugnación de pruebas de acceso a la función pública; La sustitución y la suspensión de las penas; Manual de responsabilidad civil derivada de accidentes de circulación. Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en colección Geografías La laguna de la feria, una novela singular por varias razones: es la primera narración publicada por el autor (lo que hace más sorprendente la impresión de madurez y de proyecto logrado) y su gran extensión la hace excepcional en su contexto literario. La trama, situada en un entorno imaginario que remite al norte de Extremadura, se desarrolla en una aldea y su entorno rural, Villaflor, en los años primeros de la segunda república. Hasta allí llegan amortiguados los convulsos acontecimientos nacionales, el exilio del rey y la Constitución de 1931, la quema de conventos, el decreto de retiros de Azaña…, pero no nos encontramos ante un documento histórico o social, sino ante una narración puramente literaria en la que los numerosos personajes desde unos contornos realistas iniciales caminan resueltamente por senderos fantásticos e imaginativos en que todo parece posible; narrados con una expresión “clásica” de extensos periodos oracionales  y un marcado sentido el humor, asistimos al enfrentamiento entre los soldados y los aldeanos por las bogas del arroyo, entre el alcalde republicano (y literato y emprendedor fantasioso) y el sacerdote o el monárquico clerical, las andanzas entristecidas del brigada de la guardia civil aprisionado en la pequeña aldea, o las andanzas sentimentales de Carmen Bejarano, que en gran medida concilia los variados hilos narrativos. Reproducimos un fragmento en que uno de los personajes regresa al pueblo después de haber huido dejando tras de sí una mujer encinta. 

   “El sábado de primavera en que la expedición de científicos dejaba atrás las últimas casitas de Villaflor, una mole de dos metros entraba al pueblo cuando ellos salían, y solo les apartó sus ojos de encima al difuminarse sus figuras en la curva que era a su vez arranque de la carretera y delimitación del recinto urbano. Lorenzo Buenaventura regresaba quince años después de la huida con la que quedó retratado para la posteridad como un cobarde. Los viejos del rollo aseguraron que el tamaño de sus pies había crecido al menos seis números, y que sus espaldas habían ensanchado tanto que faltaban tejidos para abarcarlas de hombro a hombro. El protagonista, por su parte, confesó que volvía para reconocer legalmente al niño del que se desentendió en el pretérito, porque no deseaba que su nombre circulase unido a la deshonra, y añadió que con la madre del muchacho tenía también cuentas pendientes. Rodeado de la chiquillería que aquel sábado dividía sus actividades entre el gua, el clavo y pídola, y de los matusalenes que quemaban al sol sus pieles curtidas por un siglo de soles, estiró sus piernas sin término sobre los peldaños del rollo, y proclamó a los cuatro vientos sus intenciones. Pero cuando un polemista se interesó por su oficio actual y él le indicó que cuál había de ser, sino rastreador de vidas y haciendas, la saliva de un murmullo dubitativo lo salpicó. Su semblante, hasta ese momento risueño y laxo, se tensó y en la epidermis del cuello se le marcaron las venas hinchadas.

         —¿Cómo queréis que os lo demuestre?

   El mismo escéptico que le había inquirido por su dedicación lo retó a una empresa imposible.

         —Haz que vuelvan a sus dueños las pertenencias que ese maldito ladronzuelo se viene llevando desde hace meses con impunidad”. [pp. 256-257].

 


Díptico romano

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DÍPTICO ROMANO

LAS AMARGURAS DE TIBERIO

EL ENIGMA DE PONCIO PILATO

Tomás Martín Tamayo

Mérida, Editora Regional de Extremadura, col. Vincapervinca, 2022, 566 págs.

   Nacido en Campillo de Llerena en 1947, Tomás Martín Tamayo, maestro y escritor, fue consejero de Cultura, Educación, Deportes y Patrimonio, y diputado autonómico. Ha publicado novelas, relatos cortos y libros de poesía y cuenta con una decena de premios literarios, al tiempo que figura en antologías nacionales e hispanoamericanas. Entre sus títulos destacan, en prosa, Cuentos de madrugada (1979), Cuentos al alba (1984), Cuentos de la maldita resignación (1997), Cuentos en verde aceituna (2006), El enigma de Poncio Pilatos (2008), Cuentos del día a día(2015) o El secreto del agua (2016); también ha publicado los libros de poemas Abstracción de la culpa (1981), De cielo en cielo (2004) y El dolor confinado (2020). Colabora en diferentes medios nacionales como ABC, El Mundo, eldiario.es, o elconfidencial.es, y mantiene una columna semanal en el diario HOY y en El Norte de Castilla; ha recibido el Premio de Periodismo de la Asociación de la Prensa de Badajoz, así como el Premio de Periodismo Ciudad de Badajoz.

   Ahora la Editora Regional de Extremadura publica Díptico romano que incluye las novelas La amargura de Tiberio y El enigma de Poncio Pilato (que había visto la luz en la editorial Planeta en 2010). Fiel a uno de los propósitos más notables de la novela histórica (la reconstrucción de periodos y personajes históricos singulares llenando esos huecos que los historiadores suelen dejar obligadamente), las dos novela erigen las figuras Poncio Pilato, prefecto romano en Judea, y de Tiberio, el emperador “para mí más inteligente, singular y enigmático de todo el Imperio Romano” (“¿Por qué Tiberio y Pilato?”). Resulta esclarecedor que la noción de “enigma” (de unos enigmas que tratan de elucidarse) se repita en los propósitos de dos narraciones que con firme pulso formal tratan de contribuir a la construcción de la “vida privada de las naciones”. Reproducimos un fragmento en que se relata la reacción de Tiberio a la muerte de su hermano (ante el displicente desdén de Augusto). 

   “Cuando Druso se dispuso a volver, cayó del caballo sobre un leño seco que le atravesó el muslo. Con la herida sangrante, apenas vendada, se negó a retirarse y siguió luchando. Al anochecer había perdido mucha sangre y cayó desfallecido. Cuando le retiraron el improvisado vendaje, la herida presentaba muy mal aspecto y no lograron que Druso recuperara la consciencia. La noticia llegó a Roma tres días después. El joven general se encontraba en una situación límite. Sin consultar la opinión de Augusto Tiberio, que había llegado días antes, acompañado de dos médicos, recorrió en cuarenta y ocho horas doscientas millas para socorrer a su hermano. La herida estaba infectada y Druso no había recuperado el conocimiento. Murió cuatro días después, de gangrena, en los brazos de Tiberio que, haciendo gala de su carácter retraído e inexpresivo, no exteriorizó dolor alguno. Sin apenas dormir y comer, estuvo a su lado, aliviándole con paños fríos el sudor copioso que perlaba su frente. Sostuvo la cabeza durante horas y cuando expiró, en una muestra inédita de ternura, alisó su cabello, acarició su cara macilenta, cerró sus ojos, apretó el cadáver contra su pecho y lo dejó en manos de los soldados, como si hubiera concluido un acto rutinario. Aquella misma tarde y antes de trasladar e1 cadáver de Druso a Roma, los soldados se alinearon a lo largo de tres kilómetros, para rendirle homenaje, pero Tiberio no salió de su tienda. Al día siguiente pidió a los soldados que lucharan como lo había hecho Druso, montó en el caballo de su hermano y ocupó su puesto para continuar la batalla.

   El cadáver de Druso llegó a Roma, en medio de un dolor generalizado, Augusto salió a recibirlo, acompañado le toda la domus augusta. Al no ver a Tiberio preguntó al tribuno que lo escoltaba:

         -¿Dónde está su hermano?

         -Imperator, Tiberio ocupó el puesto de Druso en Germania, para continuar la lucha… Incluso montó en su propio caballo. ¡Está luchando!

         -Es un trozo de escarcha –farfulló Augusto visiblemente irritado”. [pp. 66-68].

 

Tiempo

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TIEMPO

Arturo Picazo

Mérida, Editora Regional de Extremadura, col. Geografías, 2022, 326 págs.

  Arturo Picazo Bermejo (La Haba, Badajoz, 1958) es Licenciado en Estudios Eclesiásticos. Tras realizar estudios de filosofía y teología, ejerce como educador en la Fundación Diocesana San José Obrero de Orihuela, dedicada a la atención a menores en riesgo de exclusión social. Entre su obra se cuentan las siguientes novelas publicadas: Tramo de hierro (2008), El lugar de las ausencias (2010), Misiva a Cesenio (2012) y Sombras en la nube (2019). Tiempo, que ahora publica la Editora Regional deExtremadura, desarrolla su trama durante un tiempo presente reducido en el que asistimos a la agonía del viejo relojero italiano Francesco Rembardo, y los recuerdos de su ayudante y yerno, Andrea, que reconstruyen tres historias, situadas en un tiempo extenso (unos cuarenta años del siglo XVII), relacionadas por el protagonismo de esta pareja de relojeros vocacionales y otros personajes secundarios, pero también por los proyectos que llevan a cabo: Vicenza Martini pide al relojero que le construya en los jardines de su palacio frente al mar un monumental reloj de sol como homenaje a su marido, el capitán Daniele Bolognesi que no ha regresado de su último viaje a América, el banquero Gio Battistsa Pinichotti les encarga un reloj de pesas para una de las torres del Castell Novo de Nápoles en un entorno convulso de motines populares contra la nobleza y las autoridades españolas, los monjes de la abadía de San Girolamo de la Cervara le encargan un reloj de péndulo, con lo que acceden a un universo reglado y apacible bajo cuyas apariencias se oculta al mal. El resultado es una novela histórica lograda tanto por el firme pulso narrativo como por la singularidad y verosimilitud de personajes y episodios. Reproducimos un fragmento del último trabajo de los relojeros en la narración. 

   “Al llegar a la abadía volvimos a quedarnos admirados de la robustez de la torre que iba a albergar el reloj. Pegados a su base, miramos hacia arriba, a la hilera de los firmes modillones que sostenían el matacán. Tuve entonces un sentimiento de fragilidad ante la reciedumbre de sus muros y la verticalidad de su altura. Con ese encogimiento seguí observando. La monótona seriedad de sus piedras era interrumpida por seis ventanas alineadas armónicamente sobre el borde exterior, lo que otorgaba a la edificación un toque de discreta elegancia.

         —La llamamos Torre Sarracena — explicó Giacomo —. Es de construcción reciente, de este mismo siglo. La denominamos así porque nos ha servido y nos sirve de defensa de las incursiones de piratas berberiscos.

         — ¿Son frecuentes los ataques? —me interesé.

         — Hace tiempo que no registramos ninguno; pero sí que lo han sido. Es uno de los motivos por los que hubo que edificar la torre.

         —Será maravilloso poder lucir entre sus muros la esfera de nuestro reloj — comentó entusiasmado Francesco.

         —¿Y la sonería? —pregunté.

         — La campana ya está arriba — confirmó el hermano Giacomo.

   Tanto mi suegro como yo nos quedamos admirados de la previsión con la que actuaban los monjes. El viejo relojero recordó en concreto la perfección del plano que dos meses atrás nos habían presentado con todo lujo de detalles. Ahora solo faltaba que no surgiesen dificulta-des imprevistas. La cercanía del mar no era un problema pequeño, porque la humedad expondría las piezas a un deterioro más acelerado de lo que sería deseable. Pero allí todo estaba próximo a las aguas, así que el sitio, elegido era sin duda el mejor.

   Mientras contemplábamos la entrada a la abadía y ante el interés de mi suegro por la edificación, el cillero expuso de modo breve los momentos más significativos del monasterio:

         —Su construcción comenzó hace ahora algo más de 300 años. Concretamente en 1361 empezaron las obras y fue erigido monasterio tan solo tres años después. A mediados del siglo pasado fue reconocida como abadía. De aquí han dependido monasterios importantes y entre sus muros se han hospedado personas reconocidas como los papas Gregorio XI y Urbano VI, santa Catalina de Siena y Francesco Petrarca”. [pp. 221-222].
 

Flexiones

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FLEXIONES 
Inflexiones, reflexiones y otros ejercicios desaforísticos. 
Félix José Ortiz 
Almería, Ed. Círculo Rojo, 2023, 101 págs. 

 Nacido en Madrid en 1964, Félix José Ortiz es profesor de instituto en un centro de Zafra que colaboró en la antología de nuevos y novísimos narradores extremeños, Alquimia (1985), preparada por Moisés Cayetano Rosado. En 2021 publicó Desaforismos. Aforismos desaforados y otra filatería proverbial, compilación de aforismos que abrió un camino en cuyo territorio se sitúa este segundo volumen, un conjunto de textos breves de carácter experimental y lúdico agrupados en dos bloques (“De lo profano” y “De lo sagrado”). Los textos, como ocurría en la entrega anterior contienen breves anotaciones que se sitúen en un ámbito fronterizo entre la reflexión ensayística, la observación aguda de la vida cotidiana y el hallazgo puramente verbal en los que hallamos numerosos recursos literarios (símiles, antítesis, paranomasias, dilogías…) con preferencia según sucede en las greguerías de Gómez de la Serna por la metáfora (con frecuencia humorística), “un mapa detallado de los juegos de palabras, de las relaciones fortuitas, de las similitudes desapercibidas y de las cascadas de alternativas que el azar ofrece a quien se atreve a ir más allá” [Texto de contraportada]. Reproducimos algunos aforismos. 

     Al mirarme, los ciegos me confunden. 

     Y un buen día la jovencita, en lugar de la regla, tuvo la excepción. 

     A los viejos ventanucos les salen orzuelos de macetas con lirios. 

     La vieja camisa del nuevo difunto ondea, tendida a media cuerda. 

     El objeto cierto de toda jerarquía es la certidumbre, no el acierto. 

 Una fecha informa de cuánto hace, otra avisa de cuánto falta, aquella señala cuándo es y esta nos susurra cuánto queda. Pero ninguna, ay, grita cuánto-ya-no: cuánto ya no nos queda, por toda la eternidad. 

     El maestro amaestra humanos, los doma y los domestica, los vuelve incautos y solidarios y herbívoros: aptos para la casa. Para la caza. 

    Mientras la anciana toma el sol, cada joven rayo ardería por saber lo que sabe esa piel.

Programación del Aula Guadiana

La ruta de Eminé

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LA RUTA DE EMINÉ

José A. Ramírez Lozano

Sevilla,  Algaida Editores, 2023, 184 págs.

   José Antonio Ramírez Lozano (Nogales, 1950) inició su obra narrativa con Don Illán (Orihuela, 1978), una novela corta con algunas de claves de su mundo narrativo, a la que han seguido otros muchos títulos. Algunos de los aparecidos  a partir de 2000 son Los reinos de Artemón (Algaida, 2001), El capirote púrpura (Algaida, 2003), Iscariote (Algaida, 2005), La flor del toronjil (Junta de Castilla-León, 2007) La oca de oro (Menoscuarto, 2008), El sueño de la impostura (KRK, 2009), Las manzanas de Erasmo (Algaida, 2010), Habas contadas (Diputación de Badajoz, 2010), El crimen de Ampurio Pinto (Diputación de León, 2012), El domador de zapatos (Diputación de Badajoz, 2015), El relojero de Yuste (Ediciones del Viento, 2015), Los celos de Zenobia (Pretextos, 2016) o Pasodoble (Naginata, 2022). Ahora la editorial sevillana Algaida publica La ruta de Eminé, que relata el viaje del pescador de sombra Turión y la joven estambulí Eminé, tejedora muda de alfombras para el sultán, por una paisaje oriental de desiertos y ciudades fantásticas en busca de un reino cuyos destinos están llamados a regir. Al frente de una caravana de camellos cargados de sedas y especias, los dos jóvenes vivirán arriesgadas aventuras y conocerán a insólitos personajes cada uno de los cuales trae hasta la superficie de la narración el relato de sus sorprendentes vidas y experiencias. El viaje, el cuento, el lenguaje son los motivos que hilvanan esta aventura itinerante comunicada con una prosa repleta de humor, fantasía y hallazgos estilísticos. Reproducimos un fragmento que contiene estas cualidades.

   “Con esa prevención anduvieron un día entero, los dos entretenidos en mirarse, guarecidos por la nube como príncipes. Cruzaron las tierras de Gimión y al anochecer del día siguiente toparon un río.

        -Este va a ser el río –receló Turión.

   Aunque las sombras no dejaban ver sus aguas, las delataba aquel rumor correntino y el farallón de sus riberas.

        -Podré lavarme al menos –apuntó Husém honroso-. La limpieza es la mitad de a fe, dice el Rasul.

   Acamparon pues a oscuras, asistidos solo por la lumbre de los mirlos, cada cual en su jaula, lámparas como se tornaban en la noche. Y durmieron, aunque no sin sobresaltos.

   A eso de la madrugada, Turión despertó a Eminé.

        -¿Escuchas eso? –le dijo.

   Ella se revolvió en la almohada y asintió con un gesto de no entender nada de lo que Turión decía.

        -Son palabras –precisó- el agua lleva palabras. Un rumor de palabras. Escucha.

   Eminé bostezó desperezándose y luego abrió los ojos atenta, como si escuchase también por los ojos. Al momento, hubo en ella un gesto breve de asombro que daba la razón a Turión. Aquello había que averiguarlo sin tardanza. Con una cosa así no podía aguantar hasta que amaneciera, de manera que se vistió a la ligera y salió a buscar a Efrén.

        -Parecen sílabas, sí –quiso contentarlo el hebrero-, pero, sin duda, indescifrables, señor.

        -Son palabras –insistió tajante-. Vengan aquí los demás esclavos.

   Acudieron Pitio y Norám primero y después Chitián y el griego Carispeto, los cinco atentos a lo que el amo alertaba, sus manos tras las orejas sirviéndose de ellas a modo de pantalla. Y nada.

        -¿Y cómo? –desesperaba Turión-. ¿No os traje para esto? ¿No decías tú, Chitián, que el mundo todo estaba lleno de ocultas lecturas? ¿Y tú, Carispeto? ¿No te prometías sacar la raíz de als palabras?”[Pp. 82-84].

Anasté

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ANASTÉ

La hecatombe de Tarteso

Marino González Montero

Mérida, De la Luna libros, col. Teatro, 2023, 102 págs. 

   Marino González Montero (Almaraz, Cáceres, 1963) es profesor de secundaria en Mérida. Fundador de la revista de creación La Luna de Mérida, ha sido finalista en el Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en 2004 con su libro En dos tiempos. También ha publicado Tangos extremeños y Bulerías y los libros de cuentos Sedah Street, Diarios Miedos y Sed, así como los poemarios Incógnita del tiempo y la velocidad, Un estanque de carpas amarillas y La verdadera lengua de los pájaros. Es coautor del libro Puentes de Extremadura y de la edición ilustrada de La vida del Lazarillo de Tormes y autor de Rollos y picotas de Extremadura. Como autor teatral ha publicado The Tempest, una versión libre de la obra de Shakespeare, el poema épico-dramático La Bella Magalona así como el texto poético-dramático Aquiles. Ha escrito y dirigido obras como Muerte por Ausencia, LABERINTO: anatomía del presente y Satanás, así como distintas versiones de textos grecolatinos de Plauto, como Cásina, El Persa o Truculentus, y de Terencio, como El Eunuco, Heautontimorúmenos, Adelphoe, Phormio o Hecyra. Es autor y director del espectáculo flamenco Amapolas Negras.

   Situada su trama en lo que hoy son valiosísimos yacimientos arqueológicos, la obra contiene un diálogo entre Anasté y la diosa Nortia sobre graves temas atemporales (la condición de la mujer, la existencia de los dioses, la violencia, la muerte…) en un registro clásico, no exento de humor, y un elevado tono poético. Reproducimos un pasaje en que la protagonista ante los indicios perturbadores del fin de un mundo (de un pueblo, de una cultura, de unos dioses) evoca, por contraste, sus orígenes. 

         ANASTÉ: (Se aparta para evitar ser tocada. Asiente con la cabeza y con el gesto con las manos para invitar a NORTIA a que se siente en la escalinata a escuchar su relato. NORTIA acepta la invitación con una leve reverencia antes de sentarse).

Nacía bastante cerca

de aquí… un poco más de un día de viaje…

Roano Sereno dicen que llaman

a aquel territorio con muy buen juicio

pues se arrellana sobre rocas

rojas y serena es su vista pues carece

de picos y mansas lomas

suavizan la mirada del más terco.

         NORTIA: (Bostezando)

Ya estoy maldiciendo la hora fatal

en que te he pedido esto.

         ANASTÉ: (Que no hace caso)

Aquel territorio que ocupa piel

bajo mi piel sangre bajo mis venas

y locura bajo mi pensamiento…

fue el que me vio nacer

en el onceno día de la oncena

luna nueva…

en borrosa y velada y esquiva noche.

         NORTIA:

¿Podemos avanzar?

¿Quiénes eran tus padres?

ANASTÉ: (Alegrando primero la cara con el recuerdo)

Mi madre era natural de esta tierra.

Mi padre no… mi padre…

hundía sus ascendencia en las costas

primero de la Etruria

y antes del bajo Egipto.

         NORTIA: (Con algo de desprecio)

¡Ah! Entonces comerciante fenicio…

Quien tiene un fenicio… tiene un tesoro…

         ANASTÉ: (Algo contrariada)

Eso no…

es así…

         NORTIA: (Riéndose)

Vaya que no es así…

tú tienes el tesoro…

hasta que diga el fenicio que no.

         ANASTÉ: (Un poco mimosa)

Mi abuelo era fenicio… y guardo muy buenos recuerdos de él.

Mi padre era muy muy religioso…

         NORTIA: (Aparte al público)

Sí, adorador devoto de Mammón…

amasador del pan de oro y del pan de plata.

         ANASTÉ: (Que lo ha oído. Justificándose)

Mi padre llegó a ser augur mayor.

         NORTIA: (Como terminando un silogismo)

…y eso me proporciona vía libre

para amontonar una gran fortuna.

ANASTÉ: (Venida a menos)

Tienes toda la razón. Yo también…

le recriminaba a veces esa ansia

de poder y riquezas…

(NORTIA hace un ademán inquisitivo con la cabeza y los hombros para que ANASTÉ continúe).

Mi madre decía que el buen augur

y la familia del augur jamás

debían expresarse en esos términos

de culpa pues sólo a ellos les es dado

por mandato divino

la concentración y el reparto justo

de los bienes que aquellos mismo dioses

tuviesen a bien darnos como don”. [pp. 39-41].

 

El desorden del que te quejas

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EL DESORDEN DEL QUE TE QUEJAS

Chelo Sierra

Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2023, col. Vincapervinca, 119 págs.

   Nacida en Madrid, Chelo Sierra estudió publicidad y como creativa publicitaria trabajó durante más de quince años. En 2009 se trasladó a vivir a Torremenga (Cáceres) dedicándose desde entonces a la literatura (fue durante dos años columnista de El periódico de Extremadura). Además de un reciente volumen de artículos literarios (De nada. Ediciones Torremozas, 2017), ha publicado tres novelas cortas (Los collares azules de bleubaie. Ayuntamiento de Toledo, 2015), El efecto avispa (Col. Hécula, Yecla, 2018), Bonsáis (Premium, 2019, finalista del Premio Encina de Plata) y La mala intención, 2023, premio de novela corta Ramiro Pinilla), y los libros de relatos El síndrome de Peter Pan (Cuatro Péndolas, Jaraíz de la Vera, 2012), La teoría de Polch (Ediciones Torremozas, Madrid, 2012), Desencuentos (Ediciones Torremozas, 2014) y La mirada del orangután (2016), con el que consiguió el XXVI premio de cuentos “Ciudad de Coria”, y fue, además, finalista del prestigio premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España, un galardón que venía a sumarse a otros numerosos reconocimientos (premio Ana María Matute de narrativa de 2012, premio Amboades de 2013, premio de novela corta Princesa Galiana de 2014, entre otros). Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección Vincapervinca El desorden del que te quejas, un conjunto de dieciséis relatos que desde distintas personas narrativas capturan fragmentarias instantáneas del presente que en ocasiones tienen un desarrollo realista (una pareja trata de liberar a su hija adolescente del laberinto digital que la está destruyendo, una mujer endeudada sustituye a la cuidadora de un anciano, aceptando las mimas condiciones de trabajo y la misma humillación…) y en ocasiones derivan hacia un desenlace fantástico e imprevisto. Nos encontramos ante vidas (con frecuencia, femeninas) ni aleccionadoras ni ejemplares, sumergidas en entornos conflictivos, narradas con una imaginería actual (urbana, pero seducida por el mundo rural), una aguda capacidad de observación y una innegable simpatía artística. Reproducimos el arranque de un relato (“Mentiras piadosas”) en que dos hermanas afrontan la muerte de la madre y a la sugerencia de un consuelo ilusorio y falaz.

 

   “Mamá acababa de morir. Las enfermeras entraron en la habitación y nos pidieron que saliéramos; tenían que hacer algo, ni siquiera quisimos saber qué. Dejamos de acariciar esas manos que ya eran potencialmente ceniza, y obedecimos la orden con una sensación de derrumbamiento, como si se acabara de desplomar un andamiaje que nos hubiera sujetado, firme y silenciosa, desde la infancia. Notamos, antes de abandonar la estancia, la grieta de silencio que produjo el monitor cardíaco, aquel trasto con números flúor: los pitidos que tanto habíamos odiado durante los últimos días desaparecieron como fugitivos infames, culpables de la desgracia. No nos alejamos mucho, empeñadas como estábamos en vigilar la puerta de la habitación en donde mamá ahora era apenas un objeto de atrezo, como si su cuerpo hubiera pasado a formar parte de la tramoya en la que ya no quedaban actores, ni orquesta, ni apuntador; tan solo un decorado polvoriento y un halo de misterio tan falso como los bolsos que vende un mantero. La dentadura postiza envuelta en una servilleta de papel sobre el alféizar de la ventana, las zapatillas a los pies de la cama, el neceser abierto en una repisa de la taquilla oxidada, un vaso de agua medio vacío en la mesilla. Y mamá. Desnuda. Descalza. Tan solo materia inanimada. Eso era lo único que habíamos dejado ahí dentro. No sé por qué insistíamos tanto en mirar hacia la puerta. No tenía sentido. Quizá aún esperábamos un truco de magia –recuperar sus cosas por si, uniéndolas, conseguíamos reconstruirla- o andábamos en busca de respuestas: ¿era la muerte de mamá la que nos asustaba o era más bien la certeza de que habíamos abandonado para siempre nuestra condición de hijas, ese estatus que te salva del ocaso?”. [pp. 79-80].

 


Los descalzos

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LOS DESCALZOS

POESÍA COMPLETA (1976-2023)

Francisco Javier Irazoki

Madrid, Hiperión, 2023, 578 págs.

Texto liminar (“Casa definitiva”) de Fernando Aramburu.

   Francisco Javier Irazoki (Lesaka, Navarra, 1954) fue periodista musical en Madrid. Colaboraba en revistas como Disco Express (bajo la dirección de Erwin Mauch) y El Musiquero (dirigida por José María Iñigo). Formó parte de CLOC, grupo de escritores surrealistas. Desde 1993 reside en París, donde ha cursado estudios musicales: Armonía y Composición, Historia de la Música, etc. Como escritor, sus primeros poemarios editados fueron Árgoma (Estella, 1980) y Cielos segados (Universidad del País Vasco; Leioa, 1992), que incluía los tres volúmenes de versos escritos hasta esa fecha: Árgoma (1976-1980), Desiertos para Hades (1982-1988) y La miniatura infinita (1989-1990). Más tarde, Irazoki publicaría Notas del camino (Javier Arbilla Editor; Pamplona, 2002, con fotografías de Antonio Arenal), el libro de poemas en prosa Los hombres intermitentes (Hiperión; Madrid, 2006) y La nota rota (Hiperión; Madrid, 2009), cincuenta semblanzas de músicos de épocas muy variadas, desde el Renacimiento y el Barroco hasta los mejores creadores e intérpretes del jazz. En 2013 apareció el libro de versos Retrato de un hilo; en 2015, Orquesta de desaparecidosy la antología poética Palabra de árbol, y en 2017Ciento cincuenta espejos. En 2019 vio la luz, en fin, el libro de poemas en prosa El contador de gotas. Esta es, junto con otras tareas como traductor y crítico literario, la notabilísima trayectoria literaria que evoluciona desde los tonos vanguardistas y rebeldes de los primeros libros hasta el registro “clásico” de la mayor parte de su producción. Los descalzos, que ahora publica la editorial Hiperión, recoge su poesía completa (como comenta Fernando Aramburu, su “casa definitiva”), aparecida entre 1976 y 2023, incluido un libro inédito, Música incinerada. No es posible compendiar en una breve reseña la extraordinaria riqueza de esta tarea de décadas. Sobresalen en este territorio motivos como la familia, la niñez y la juventud, la presencia de los marginados (exiliados del este de Europa, inmigrantes…), artistas no reconocidos en su época o perseguidos por todo tipo de tiranías, la denuncia de los infiernos nacionalistas…, todo ello mediante una expresión selecta y pulcra, de una notable fuerza metafórica presente usualmente ya en los títulos. Reproducimos dos composiciones de su último libro que acogen otras tantas estampas, la de los antepasados y la de los desposeídos (ambas tal vez asumidas en la condición de los “descalzos” del título).

EXCAVACIÓN ÍNTIMA

   Mis pobladores vacían su casa y se adentran en un yacimiento.

   Son arqueólogos y trabajan en un círculo pequeño. Han viajado con raquetas, guantes, escobillas, cuerdas, pinceles, cubos. Criban materiales, exhuman imágenes.

   Limpian cavidades subterráneas y extraen residuos del día en que vipor primera vez el rostro de mis padres.

   Analizan mis tumbas de dolores antiguos. La alegría y el placer se han convertido en  objetos de cerámica.

   Todavía con el barro del recuerdo, depositan todos los fragmentos sobre estas páginas. [p. 425].

BRINDIS ERRANTE

Las heridas de los siglos

viajan en maletas de deportados.

 

Los disidentes transportan

sus canciones de sed

en vagones de exilio.

La fuga es su equipaje.

 

Una muchedumbre extranjera

se palpa sus nombres para huir

de los campos de exterminio.

Son nombres que contienen

la música de las alambradas.

 

Todas las víctimas de la exclusión

extienden un mapa de desarraigos:

la noche diurna de la xenofobia.

Su bandera es la ausencia de bandera.

 

La identidad fue una cárcel,

on sus beatos, sus apóstoles

y sus oratorios ensangrentados.

 

La caravana de proscritos es mi faro.

Ante sus luces quemadas

brindaré por los hombres. [p. 433]

 

Hombres sin mujeres

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HOMBRES SIN MUJERES

Ernest Hemingway

Pereira (Colombia), Ed. Tres Cantos, Col. Catalejos del Tiempo, 2023, 232 págs.

Prólogo de Alberto Salcedo Ramos

Trad. de Alfonso Conde Rivera

   Hombres sin mujeres es una compilación de catorce cuentos que Hemingway (Premio Pulitzer en 1953 y Premio Nobel de Literatura en 1954) publicó en 1927, cuyo epígrafe, considera el prologuista, "viene a ser no solo el título de este libro, sino también la temprana revelación de una preferencia: en el universo literario de Ernest Hemingway los personajes masculinos son preponderantes. Tal predilección ha dado lugar a múltiples interpretaciones: unos críticos mencionan el choque de Hemingway con la figura paterna, otros se refieren a su evidente visión machista del mundo, y otros tantos la ven como una consecuencia de su fascinación por ciertas actividades bárbaras que son, sobre todo, asuntos de hombres: la cacería, la guerra, el boxeo, la tauromaquia […] La crítica Márgara Avervach piensa que los personajes de Hemingway –niños emocionales- no quieren afrontar ciertos problemas que saldrían a flote si se relacionaran con mujeres. ‘Son hombres que prefieren el desafío de la caza, la pesca y los toros a la vida en pareja, hombres a los que el matrimonio destruye, hombres que huyen a los cafés, a los bosques, a las montañas, a la guerra, para no crecer, para no ser adultos’” [pp. 9 y 11]. Reproducimos el arranque del primer relato (titulado irónicamente “El invicto”) que ejemplifica palmariamente esa colaboración que las tramas de los relatos de Hemingway exigen del lector para captar esos matices solo sugeridos (en este caso, la sensación de rechazo que embarga al personaje ante el silencio a su llamada).

   “Manuel García trepó las escaleras hasta la oficina de don Miguel Retana. Dejó la maleta en el suelo y tocó la puerta. No hubo respuesta. Manuel, de pie en el corredor, sentía que había alguien adentro. Lo sentía a través de la puerta”.

Regreso a las azoteas verticales

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REGRESO A LAS AZOTEAS VERTICALES

Jaime Covarsí

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Colección Geografías, 2023, 96 págs.

    Jaime Covarsí es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, donde obtiene su doctorado cuyo trabajo, Roman de Flamenca: estudio y traducción de un tratado amoroso occitano, recibe el Premio Extraordinario de Tesis Doctoral (2005). En el año 2018 se doctora en Filosofía, también en la Universidad de Sevilla con la tesis Homo narrator: consideración ontológica de la condición narrativa del hombre en Ricardo Piglia, Es autor de novelas (El bastón de avellano, Confesiones del apócrifo Cervantes y El mal necesario). Destacan también libros de relatos (Mano a mano, Entrecalles), y de cartas literarias (Las cartas de Esquivias). Es autor asimismo de trabajos de carácter documental como Lucharé para encontrarte. Crónica sentimental de la desaparición de Francisca Cadenas (2019) o textos de carácter pedagógico como Poesía terapéutica (2016). En 2022 la editorial emeritense De la Luna libros publicó su novela Frontera, mi frontera. Ahora la Editora Regional de Extremadura publica en su colección Geografías Regreso a las azoteas verticales que agrupa  las composiciones en tres bloques, “Realidades” (mundo exterior), “Etimologías” (el propio lenguaje) y “Principios y inexactitudes” (la intimidad), en unos poemas que “conforman y desvelan de un modo singular el silencioso secreto, a veces luminoso, a veces oscuro, que acontece en toda vivencia humana” [Texto de contraportada]. Reproducimos la composición de cierre del libro.

CUANDO LA LUZ SE AGOTE

Cuando la luz se agote, solo quedará

hablar y deslizar los ojos

en la escucha, el anhelo

de pronunciar y oír,

de preguntar la luz

en su claridad.

 

Cuando la luz se agote, solo quedará

de las palabras el tumulto

y del grito mudo, una noche eterna;

 

y el cansancio opaco del hombre y su impaciencia.

 

Solo quedará, digo,

cuando la luz se agote

y las azoteas verticales

olviden nuestro regreso.

 

Aves de Extremadura

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AVES DE EXTREMADURA

Fernando Domínguez Domínguez y Felipe Rodríguez Pérez

Mérida, Editora Regional de Extremadura, Cuadernos populares, nº. 69 y 70, 2023, 135 y 124 págs.

   Fernando Domínguez Domínguez (Nuñomoral, Cáceres, 1963) es licenciado en Bellas Artes y ejerce como profesor de dibujo en la enseñanza media. Con una importante trayectoria en el mundo de la restauración de obras de arte, así como en la cartografía, proyectos socioculturales y el diseño gráfico, está en posesión de más de una decena de premios por su trabajo artístico que ha sido expuesto de forma individual en múltiples ocasiones.

   Felipe Rodríguez Pérez (Moraleja, Cáceres, 1975) es licenciado en Filología Hispánica y profesor de secundaria. Colaborador habitual en diferentes revistas y blogs como crítico literario ha dedicado buena parte de su trayectoria a la didáctica de la lengua y la literatura y su legislación. También participa en distintos proyectos culturales y está formado, además, como técnico turístico ornitológico. 

   “Nuestra moderna atención a la ornitología, visible en los encuentros, en los miradores adaptados o en la abundancia de guías técnicas para la observación de aves, tiene raíces profundas que se hunden tanto en la tradición cultural como en la científica: los pájaros —de buen o mal agüero, humildes o de una vistosidad emblemática— han aparecido con profusión en fábulas, narraciones orales, plegarias, libros clásicos y obras de arte a lo largo de la historia. Muchas de esas aves con raigambre cultural viven o pasan un tiempo en Extremadura, donde la riqueza de paisajes y ecosistemas ofrece un hogar seguro en que anidar. Fruto de esa convergencia entre ciencia y tradición cultural son los dos volúmenes Aves de Extremadura, que combinan la descripción técnica que necesita quien las busca y observa con las notas culturales que insertan en la literatura o en el arte su presencia entre nosotros, unidas por la belleza y el rigor de las acuarelas que permiten identificar cada una de esas aves y, al mismo tiempo, disfrutar de la presencia del animal en su entorno. Una obra como esta no sería posible sin otra reunión providencial: la de su ilustrador, Fernando Domínguez Domínguez y la del conocimiento del autor de los textos, Felipe Rodríguez Pérez”. [Texto de contraportada].

 

Pablo Montoya en el Aula Guadiana

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   Nacido en Barrancabermeja (Colombia) en 1963, Pablo Montoya es escritor y profesor titular de literatura de la Universidad de Antioquia y, en la actualidad, investigador visitante de la Universidad Complutense de Madrid.  Resultó ganador del premio Internacional de novela Rómulo Gallegos (2015) y de narrativa José María Arguedas de Casa de las Américas (2017) con Tríptico de la infamia. En 2016 recibió el Premio Iberoamericano de letras José Donoso por el conjunto de su obra. Ha sido distinguido con el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana (México) por su trabajo literario y académico. Su amplia trayectoria literaria abarca numerosos géneros:

   Cuento: Cuentos de Niquía(1996), La sinfónica y otros cuentos musicales (1997), Habitantes (1999, 2003), Razia (2001), Réquiem por un fantasma (2006), El beso de la noche (2010) y Adiós a los próceres (2010), Invención de un nombre (primeros cuentos) (2022) y La muerte anda suelta (2023).

   Poesía: Viajeros (1999), Cuaderno de París (2006), Trazos (2007), Sólo una luz de agua: Francisco de Asís y Giotto(2009) y Programa de mano (2014), Terceto (2016), Hombre en ruinas (2018), Mi mano busca en el vacío (2019).

   Ensayo: Música de pájaros (2005), Novela histórica en Colombia 1988-2008: entre la pompa y el fracaso (2009), Un Robinson cercano (2013) y La música en la obra de Alejo Carpentier (2013), Español, lengua mía y otros discursos (2017), Una patria universal (2022).

   Novela: La sed del ojo (2004), Lejos de Roma (2008), Los derrotados (2012), Tríptico de la infamia (2014), La escuela de música (2018) y La sombra de Orión (2021).

 

Pablo Montoya en Don Benito

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El pasado viernes visitó en Aula Guadiana en el curso de las actividades del curso 2023-24 Pablo Montoya (Barrancabermeja, Colombia, 1963), que intervino en la Casa de Cultura de Don Benito y, al día siguiente, en el IES Cuatro Caminos ante alumnos de bachiller de este centro y del IES Donoso Cortés. En su repaso por algunas de sus obras narrativas, el escritor se refirió al doble impulso que late en sus novelas y cuentos: un crítico reflejo del panorama social de Colombia, herida por los sucesivos fracasos por lograr comprometer a todos en un proyecto común, por la violencia (de la que fue víctima su propio padre) y la tragedia de exiliados, desplazados y desaparecidos, pero también una actitud cosmopolita de apertura al arte americano  y europeo cuyos creadores impregnan todas las tramas de sus narraciones. Junto a un estilo propio, concienzudo y brillante siempre, sobresale su propensión a presentar su universo narrativo no directamente sino a través de la mirada de artistas (grabadores, pintores, poetas, humanistas…) o científicos (botánicos, naturalistas). El escritor dejó, tras un prolongado coloquio, toda una lección de literatura universal.

 

Ada Salas en el Aula Guadiana

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ADA SALAS

CASA DE CULTURA DE DON BENITO

Jueves, 22 de febrero, 20,00 

Ada Salas nació en Cáceres en 1965. Estudió Filología Hispánica en La Universidad de Extremadura, donde tuvo una beca de investigación. Además de a la escritura de poesía y ensayo, se ha dedicado a la docencia en Institutos de Enseñanza Secundaria. A lo largo de los años ha impartido numerosos cursos, talleres, seminarios y conferencias en centros como Institutos Cervantes, Fundación Juan March, La casa encendida, Fundación Centro de Poesía José Hierro, diversas universidades y Ferias del libro como las de Guadalajara y Frankfurt. Ha participado en festivales y encuentros de poesía nacionales e internacionales. 

Ha publicado los siguientes libros de poesía: Arte y memoria del inocente (1988, Universidad de Extremadura, Premio “Juan Manuel Rozas”) Variaciones en blanco (1994, Hiperión, Premio “Hiperión”) La sed  (1997, Hiperión) Noticia de la luz (2003, Escuela de arte de Mérida), Lugar de la derrota (2003, Hiperión),Esto no es el silencio (2008, Hiperión, Premio “Ciudad de Córdoba”), No duerme el animal (2009, Hiperión), que recoge la casi totalidad de su obra hasta ese momento, Limbo y otros poemas (Pre-Textos, 2013) y Descendimiento (Pre-Textos, 2018). Acaba de aparecer su último libro de poesía: Arqueologías, (Pre-Textos, 2022). En colaboración con el fotógrafo Tete Alejandre ha publicado Reflejos (2006), y son fruto de su trabajo en común con el pintor Jesús Placencia los títulos Ashes to Ashes (Editora Regional de Extremadura, 2011) y Diez Mandamientos (La Oficina ediciones, 2016). En 2021 apareció Criba, que reúne poemas de la autora con obra gráfica de Laura Lio (Pezplata ediciones, 2021).

En 2016 la editorial Fondo de Cultura Económica sacó a la luz la antología Escribir y borrar, que incluye también una selección de su obra ensayística, entre la que cabe destacar: el libro de prosas acerca de la escritura poética Alguien aquí (Hiperión, 2005, El margen, el error, la tachadura (de la metáfora y otros asuntos más o menos poéticos) (Diputación de Badajoz, Premio de ensayo “Fernando Pérez”, 2011), y Lengua del alma (“Poética y Poesía”, Fundación Juan March, 1919).

En 2018 se expuso en las naves de Tabacalera, en Madrid, “Lo que muda no muere”, un trabajo en colaboración con la coreógrafa y bailarina Elena Córdoba y el artista visual David Benito. En 2021 se estrenó en el Teatro de la Abadía de Madrid la obra Descendimiento, basada en su libro del mismo título, con la dirección de Carlos Marquerie y música de Niño de Elche. En 1994 recibió el Premio de Poesía Hiperión, en 2008 el Premio de Poesía Ciudad de Córdoba-Ricardo Molina, y en 2011 el Premio de Ensayo “Fernando Pérez”. En 2019 recibió la “Medalla de Extremadura” por su trayectoria.

Junto con Juan Abeleira ha traducido A la Misteriosa y Las tinieblas de Robert Desnos (Hiperión). Tres de sus libros (La sed, Lugar de la derrota y Esto no es el silencio) han sido traducidos al sueco; Descendimiento, al alemán; una antología de su obra, al italiano, y aparecerá en breve Arqueologías también en italiano.

 


La forja de la palabra

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 LA FORJA DE LA PALABRA

Exposición Centenario Nacimiento Luis Álvarez Lencero, 1923-2023

Centro de Estudios Extremeños, Diputación de Badajoz, 2024

Dirección y coordinación editorial y expositiva de Sara Espina Hidalgo

   Con ocasión del centenario de Luis Álvarez Lencero (Badajoz, 1923), el Centro de Estudios Extremeños ha organizado una exposición sobre el autor abierta el 12 de diciembre de 2023 y que puede visitarse hasta el próximo 1 de marzo del presente año. Comisariada por Francisco López-Arza Moreno, Moisés Bazán de Huerta y Román Hernández Nieves, la exposición se acompaña con un catálogo ilustrado acompañado por textos de Sara Espina Hidalgo (“La forja de la palabra), Sara Espina Hidalgo y María Teresa Rodríguez Prieto (“El legado de Luis Álvarez Lencero”), Francisco López-Arza García-Mora y Francisco López-Arza Moreno (“En el principio fue la palabra”), Moisés Bazán de Huerta (“Los dibujos de Lencero. La creación de un universo personal”) y Román Hernández Nieves (“El maestro del hierro sin taller”). Los estudios, de notable interés, se atienen a las distintas facetas creativas de Lencero, desde la poesía (que nunca abandonó, al dibujo y a la escultura, pues, al fin, “el artista madura, ha llegado el momento de parir lo que tanto lleva mimando en sus entrañas. El proceso creativo ahora precisa de nuevos útiles como cizalla, martillo y cincel. El hierro, oscuro y sombrío, ocupa el lugar del papel prístino y blanco. El calor, la fuerza y la creatividad se unen de manera indisoluble en la fragua de Álvarez Lencero” (Sara Espina Hidalgo) Como poeta, “Luis Álvarez Lencero se erige como una figura capital de la literatura extremeña de posguerra; y como uno de los representantes más genuinos de la poesía social española, ya por su sentido de compromiso, ya por la popularidad de sus versos; de modo que su Juan Pueblo pervive hoy como uno de los libros emblemáticos de esta lírica de urgencia” (Francisco López-Arza García-Mora y Francisco López-Arza Moreno).

La imperfección de la belleza

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LA IMPERFECCIÓN DE LA BELLEZA

Carlos Medrano

Valladolid, Fundación Jorge Guillén, col. Cortalaire, 2023, 123 págs. 

   Carlos Medrano nació en Salamanca en 1961. Su vida ha transcurrido entre Extremadura -su tierra de formación vital y literaria-, Valladolid y Mallorca, donde reside desde los años 90. Es licenciado en Filología Hispánica (que cursó entre Valladolid y Cáceres) y ha sido hasta hace poco profesor de lengua y literatura en secundaria. En una primera etapa juvenil y universitaria publicó los siguientes libros: Corro (Alcazaba, Badajoz, 1987), Las horas próximas (Alcazaba, Badajoz, 1989). También otros cuadernos o plaquettes como A lo breve (La Centena, Editora Regional de Extremadura, 1990), Imágenes, encuentros (POEMAS, Proyectos Originales Ediciones Marginales Anómala Sociedad, Valladolid, 1996) y Entorno claro (Mérida, Editora Regional, 2021). Participó en algunas antologías como Abierto al aire (1971-1984) (Editora Regional de Extremadura, 1984), coordinada por Ángel Campos Pámpano y Álvaro Valverde, o Diez años de poesía en Extremadura (1985-1994) (Ayuntamiento de Cáceres, 1995), al cuidado y estudio de Miguel Ángel Lama.

   Tras varios años de silencio, en septiembre de 2010 abrió el blog isla de lápices donde ha ido recogiendo su nueva producción y algunos textos anteriores, acompañada a veces de algunos comentarios cercanos al diario y la reflexión literaria. De este fondo ha ido apareciendo en papel Donde poder volver (Vberitas, Don Benito, 2016), una muestra de poemas del blog; el libro de haikus enlazados Entorno claro (Editora Regional de Extremadura, 2021); o lo seleccionado para una antología de poetas vallisoletanos, Sentados o de pie, 9 poetas en su sitio (Fundación Jorge Guillén, Valladolid, 2013) y la colaboración para el nº 11 de la revista Suroeste. Junto a Juan Ricardo Montaña ha colaborado en el libro homenaje a Santiago Castelo Aire por aire (Vberitas, 2015), y ha coordinado el dedicado a Ángel Campos Pámpano Recobrada memoria (Vberitas, 2022). Ahora la Fundación Jorge Guillén publica La imperfección de la belleza, dividido en tres bloques, “Un movimiento interrumpido”, “Emerger” y “La memoria tranquila”. Partiendo del motivo oriental recogido en el título (la belleza también está sometida al paso del tiempo y, por tanto, a la trasformación, a la imperfección: “La belleza se arriesga en lo difícil. / La orquídea, el colibrí / cruzan también la muerte”), los poemas transitan por motivos universales como la naturaleza en estampas de Mallorca, pero también de paisajes vividos en el pasado (“De donde hemos querido, nunca nos vamos del todo. Y con sólo pensar, permanecemos”) como Castilla, Portugal (Sesimbra, Évora) o Extremadura (Jaraíz, Yuste) en los que la observación se une a la reflexión y al recuerdo. Otros textos acogen como tema la amistad con otros tantos escritores de quien se siente próximo estética o emocionalmente (Francisco Pino, Santiago Castelo, Tomás Sánchez Santiago, Ángel Campos, Álvaro Valverde…). El último bloque, del que reproducimos una de las composiciones, conforma una elegía dedicada a la madre fallecida, comunicada con el tono de un dolor sedimentado y un lenguaje sobrio y cuidadosísimo en su selección.

 

ISABEL

Una paloma, amor, mujer que vuela,

mi madre ya partió, retengo ahora

su última mano que es la mía

y el hueco de su huella mudo expresa

esta separación, la hora

donde el aliento eleva la tibieza

querida de aquella carne y luz

no abandonada, menos rota.

Hoy sostienen mis huesos entera tu estatura.

Aunque te vayas, más cerca ahora ves.

Aquí en mi cuerpo te ofrezco que residas.

Yo soy también lo que tú eras.

Contemplo la levedad hermosa de tu alma:

qué ventana no da dolor abierta a la belleza

que hoy por doquier asalta.

Madre, mira la gratitud continua de la vida,

el reposo maestro de tu ternura y nombre.

Nacido de tu ser; este latido

da fe del mundo que ante ti se entrega.

Poemas enumerativos

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POEMAS ENUMERATIVOS

Eduardo Moga

Zaragoza. Olifante. Ediciones de poesía, 2024, 121 págs.

Prólogo del autor

   Poeta, traductor y crítico literario, Eduardo Moga (Barcelona, 1962) es licenciado en Derecho y licenciado y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Es también diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad de Barcelona; diplomado en Función Directiva (Área Gerencial) por la Escuela de Administración Pública de Cataluña; y Máster en Administración Pública por ESADE-Universidad Ramon Llull (Barcelona).

   Como poeta, es autor de los libros Ángel mortal (1994), La luz oída («Premio Adonáis», 1996), El barro en la mirada (1998), Unánime fuego (1999; 2ª edición, 2007), El corazón, la nada (1999), La montaña hendida (2002), Las horas y los labios (2003), Soliloquio para dos (2006), Los haikús del tren(2007), Cuerpo sin mí (2007), Seis sextinas soeces (2008), Bajo la piel, los días (2010), El desierto verde(2011; 2ª edición, 2012), Insumisión (Premio al mejor poemario del año de la revista Quimera,2013; Latino Book Award, EE. UU., 2014), Décimas de fiebre (2014), Dices (2014), El corazón, la nada (Antología poética 1994-2014) y Lo profundo es la piel (2017), Muerte y amapolas en Alexandra avenue (2017), Tú no morirás (2021) y Hombre solo (2022)

   Entre su experiencia en el desempeño de funciones en el ámbito de la promoción cultural, destaca su trabajo como crítico literario para diferentes publicaciones de gran prestigio nacional (Letras Libres, Cuadernos Hispanoamericanos, Revista de Occidente, Ínsula, Quimera, etcétera); como conferenciante en diferentes universidades e instituciones sobre asuntos literarios y editoriales; como profesor de Talleres de Escritura Creativa en Londres; y como miembro del consejo editorial de la revista universitaria londinense Poem, entre otras actividades.

   Ha publicado, asimismo, el libro de viajes La pasión de escribil (2013), una selección de entradas de su bitácora, Corónicas de Ingalaterra, con el título de Corónicas de Ingalaterra. Un año en Londres (con algunas estancias en España) (2015), y los ensayos De asuntos literarios (2004), Lecturas nómadas (2007), La poesía de Basilio Fernández: el esplendor y la amargura (2011), La disección de la rosa(2015), Homo legens (2017), El oro de la sintaxis (2020) y Lector que rumia (2023). Ha codirigido la colección de poesía de DVD ediciones desde 2003 hasta 2012. Mantiene el blog Corónicas de Españia. Durante unos años fue director de la Editora Regional de Extremadura y coordinador del Plan de Fomento de la Lectura. Ahora  la editorial zaragozana Olifante publica Poemas enumerativos, un conjunto de composiciones basadas en este procedimiento retórico que atraviesa, como recuerda en un necesario y esclarecedor prólogo, toda la literatura universal desde Hesíodo a Whitman o Borges, con la diferencia de que lo que suele ser un ingrediente de una obra mayor es aquí el único componente del poema (y en esto reside parte de la singularidad del libro). En su composición, considera el poeta, “la elección de los elementos que integran la enumeración supone un juicio, y la del orden en que se disponen, otro: ambos unidos por la voluntad de discernir el mundo. Las paradojas que contenga, las metáforas que la acrezcan, los incontables matices que incorpore la enumeración, so abreviaturas: formas de la elipsis, que permite que lo que exigiría innumerables oraciones se exprese con un fogonazo, y luego con otro, y otro, hasta dibujar un gran resplandor global, una iluminación que sustituye lo fatigoso o lo dilatado por lo enteco y lo certero” (p. 13). Reproducimos un fragmento del poema titulado “La depresión”.

   “No dormir. Que los colores palidezcan. Caminar más despacio. Que cueste abrir un libro. Que cueste leer un libro. No leerlo. Que cueste sonreír. Sonreír pese a todo. Sentir barro dentro. Pasar horas sentado en el sofá. No atarse los cordones de los zapatos. Salir de casa con ropa ligera cuando hace frío o abrigado cuando hace calor. No salir de casa. No dormir. Que la conciencia sea un páramo por el que vago como si me ahogara. Que ahogarme no me preocupe. No comer. Comer demasiado. No dormir. Que irrite una puerta que se cierra de golpe, una palabra bienintencionada, mi nombre repetido. Saber que debo amar a alguien, pero no poder hacerlo. No disfrutar con dos huevos fritos o una película de Woody Allen. No saber quién está haciendo lo que hago. Dejar de hacerlo. La pastilla de sertralina. No dormir. Que las horas se alarguen como lombrices. Tener la culpa de mi mal. Ver sin ver. No dormir. No ir al gimnasio. Que no se me levante ose me levante a destiempo. Sentir el punzón de la melancolía labrándome la piel por dentro. Creer que la oscuridad es el estado natural de las cosas. Sentir que la conciencia, purulenta pero invencible, siempre está ahí, en las horas espesas del día, en las horas eternas de la noche” [p. 44].

 





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